Con poco más que su bicicleta se despidieron en 2004 de sus familiares y amigos para emprender rumbo a Tokio sin fecha de regreso. Sabían que no iba a ser un viaje corto, pero lo que nadie se esperaba es que el bizkaitarra Andoni Rodelgo y la belga Alice Goffart recorrerían durante siete años los cinco continentes y 70.000 kilómetros. En el viaje nacieron sus dos hijos, Maia en Bruselas y Unai en Bolivia. La familia vive ahora en un caserío de Errezil trabajando la huerta y hoy contarán su experiencia en el Bidaiarien Txokoa de Tolosa, a partir de las 20.00 horas.

Aseguran que fue la idea de conocer el mundo por ellos mismos lo que les impulsó a vivir la experiencia. “Los libros y los medios de comunicación te cuentan cosas, pero queríamos ser testigos de las historias que había en el mundo, de ver los paisajes, de conocer gente por nosotros mismos”, explica Andoni Rodelgo. Sin una planificación concreta, el hilo conductor del viaje ha sido la hospitalidad. “La gente nos ha acogido muy bien siempre y cada vez los encuentros eran más enriquecedores, hasta el punto de que nos daba pena irnos del lugar, porque sabíamos que no íbamos a volver”, reconoce la pareja.

Hasta el momento de iniciar su viaje, Andoni y Alice eran ciclistas urbanos y siempre habían viajado en tren, autobús, barco o avión. Esta vez no querían depender de horarios ni seguir itinerarios turísticos. Conocieron a un belga que dio la vuelta a África en bicicleta y no se lo pensaron más. “Hemos recorrido los cinco contineneste y un montón de países y la bicicleta ha sido nuestra compañera. Nos gusta mucho subir puertos, ver paisajes, y con la bicicleta buscas mucho la tranquilidad, pero también hay ciudades que merece la pena conocer”, explica Andoni.

Alice se quedó embarazada en 2007 en Estados Unidos y querían que la pequeña Maia naciera en Europa. Lo hizo en Bruselas. “Estuvimos un tiempo, pero lo suficiente como para no echar raíces y en 2010 emprendimos el viaje otra vez. Unai nació en 2011 en Bolivia”, detalla Andoni.

El nacimiento de sus dos hijos no cambió demasiado su forma de viajar, pero sí los lugares que visitaban. “Con niños buscas menos la aventura y estudias más la rutas. Pensábamos ir África, pero vimos que había riesgos, por lo que cambiamos el rumbo y nos fuimos a Sudamérica”, explican.

Desde el 2013, desde que Maia cumplió seis años y la escolarizaron, han vivido en Bruselas, donde han presentado sus películas, Andoni ha escrito un libro y ofrecen charlas para dar a conocer su experiencia. “Ahora vivimos en un caserío de Errezil, donde vivimos en el campo, en libertad, aunque no sabemos si seguir viajando o quedarnos por aquí. ¡Con nosotros nunca se sabe!”, reconocen.