Cuatro días faltan para que entre en vigor la ordenanza municipal de limpieza viaria en Arrasate. Esta extensa normativa ve la luz con 22 artículos que regulan acciones tan dispares como colgar una pancarta en la vía pública, orinar en la calle, no recoger los excrementos caninos o, incluso, sacudir alfombras por la ventana. Echa a rodar en su versión más light para “concienciar primero” a la ciudadanía.

La nueva norma de carácter municipal se implantará el próximo jueves, 1 de diciembre. Y lo hará precedida de una antesala no exenta de polémica. En lo que va de legislatura esta es la decisión más controvertida que va a poner en práctica el equipo de Gobierno, que el pasado julio se quedó solo en su aprobación. PNV-PSE-EE defienden que se trata de “una herramienta” encaminada a “garantizar un espacio público de calidad; a mantener limpio el pueblo y no prohibir”. Sin embargo, los grupos de la oposición (EH Bildu, Baleike e Irabazi) cuestionan su puesta en marcha, un sentir que ha traspasado las cuatro paredes del ayuntamiento para dejarse notar también entre diversos colectivos y agentes sociales. Unos y otros fundamentan sus críticas en que la ordenanza, que bautizaron como ordenanza mordaza, “atenta contra la libertad de expresión” .

El artículo 17, referente a las pintadas, pancartas y pegada de carteles, es el que ha suscitado el encontronazo entre las partes. “A partir de ahora estará regulado dónde poner y quitar una pancarta, así como un cartel que no podrá colgarse en cualquier pared o en una farola”, explica el edil de Obras, Servicios, Mantenimiento y Barrios, Óscar García.

En estos días se está procediendo a instalar los paneles y soportes en los que deberán difundirse en la vía pública las convocatorias, mensajes o comunicaciones escritas; 18 puntos en el caso de los carteles, y ocho en el de las pancartas (estas no se colocarán en la valla de Monterrón). “Si en un futuro la demanda indica que hay necesidad de ampliar estas estructuras, se hará”, señaló García.

“Cambio importante” A las puertas de aplicar la ordenanza, en las últimas semanas el Consistorio ha sometido a un lavado de cara al mobiliario urbano y a distintas zonas públicas que se han limpiado de pegatinas, proclamas o publicidad, que ya no tendrán cabida, sea cual sea su procedencia (incluida la municipal) en estos espacios no destinados a este fin.

La ordenanza en su conjunto reserva un apartado a las infracciones que serán penalizadas con multas de entre 50 y 1.000 euros. Estas sanciones, no obstante, no se impondrán desde la entrada en vigor de la norma, toda vez que esta inicia su recorrido “haciendo pedagogía”. “Sabemos que es un cambio importante que implica nuevos hábitos. Por ello, durante unos meses se identificarán los problemas que pueda haber. Si se detectan incumplimientos, por ejemplo con los carteles, se retirarán y nos pondremos en contacto con las personas que los han puesto para explicarles cómo tienen que actuar”, precisó García.

Por otro lado, según informó el Gobierno cerrajero, en lo que va de legislatura se han invertido “casi 55.000 euros” en limpiar pintadas.

¿Qué regula? Entre otras acciones, prohibe satisfacer las necesidades fisiológicas en la calle, tender ropa chorreando, sacudir alfombras, ropas o escobas, ensuciar o producir daños en el mobiliario urbano.... Se considera una infracción depositar restos en las papeleras de forma no reciclada.

Soportes para carteles. Portalón; junto al ascensor del Ferial; cantón Iturriotz con Kanpantorpe; Iturriotz nº 9; arco de Arbolapeta; Garibai etorbidea (parada de autobús de Laubide); Plaza 1 de Mayo; Doctor Bañez nº 11; tres a lo largo de Gipuzkoa etorbidea; aparcamiento del polideportivo; el actual de Obenerreka; Santa Marina, Erguin y Olaran. Uno para ofertas de trabajo frente al BAZ.

Sanciones. Apercibimiento o multa de 50 a 150 euros (infracciones leves); de 151 a 250 euros (graves); y de 251 a 1000 (muy graves).