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Maritxu abarrota las calles de Arrasate

ayer la patrona de los txikiteros salió en procesión de poteo y regresó a su pedestal en una multitudinaria fiesta

Maritxu abarrota las calles de Arrasate

Maritxu Kajoi no tiene competencia. Con los años se hace más fuerte. Ayer, por primera vez en sus cuatro décadas de historia, la afamada fiesta cayó en festivo, y se notó en el ambiente que desde por la mañana se respiró en Arrasate. Los fervorosos y elegantes maritxuzales inundaron las calles dispuestos a exprimir los ingredientes de una fiesta a base de juerga. Y de las grandes.

Tras la excursión por la comarca que ha protagonizado en los últimos días, la patrona de los txikiteros regresó ayer a su morada. Pero antes de cobijarse en su cajón, dispuesto sobre la esquina de la parroquia con Erdiko kale y la Plaza, salió en procesión. Portada en andas por los miembros de la comisión popular que está al frente de la organización, continuó su tournée del mejor modo posible: de txikiteo por los bares. Su ruta se aderezó con la música de la charanga Brazztet, la batucada Sanbamaña y la comparsa de gigantes y cabezudos.

Sus devotos llevaban toda la semana aguardando con impaciencia su vuelta. Así que en la ofrenda floral que tiene lugar al anochecer, Maritxu agradeció tanto fervor retornando a su pedestal, mientras la charanga atacaba las notas de Maritxu nora zoaz... que miles de chavales cantaban con entusiasmo en la Herriko plaza.

Por primera vez en 40 años la patrona de los txikiteros salió de su cajón para irse de ruta, y sumergirse también en la fiesta de la que es protagonista indiscutible. Es sobradamente conocido el don que tiene Maritxu para hacer milagros. Pero nunca deja de sorprender.

La elegancia en la vestimenta fue un año más la tónica dominante en una jornada en la que tras el intenso txikiteo matutino, restaurantes y sociedades estuvieron a rebosar con incontables comidas de cuadrillas. Las eventuales ausencias de arrasatearras que prefirieron salir de puente ni se notaron por la avalancha de oriundos y forasteros que decidieron sumarse al maratoniano poteo que conquista la villa cerrajera el primer viernes de octubre. Buen tiempo, mejor ambiente aún, y calles abarrotadas de gente. Ayer Arrasate fue un año más la capital de los txikiteros. Sin duda, Maritxu batió récords.