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Y la ballena volvió a mar abierto

Orio rememoró ayer con éxito la captura de la última ballena del Cantábrico en 1901, con una representación en la que participaron alrededor de 200 vecinos del municipio.

Y la ballena volvió a mar abierto

Tras cinco años de larga espera, los oriotarras revivieron ayer la hazaña de aquel 14 de mayo de 1901. La lluvia era la amenaza que todos temían pero aunque hizo su pequeña aparición al tiempo que sonaban las campanas que alertaban de que la ballena estaba llegando al puerto, finalmente el tiempo se portó y la recreación de la captura del cetáceo pudo llevarse a cabo sin ningún impedimento. Los oriotarras mostraron su agradecimiento a la ballena, por todo lo que ha aportado a la cultura vasca. Así, los arrantzales la limpiaron y la devolvieron a mar abierto.

Las calles y los balcones de la villa pesquera se vistieron de gala para la ocasión, así como los oriotarras que portaban sus trajes de arrantzale, y a primera hora de la mañana el ambiente del municipio ya era propio de la época en que se capturó la última ballena del Cantábrico. Ningún detalle falló: las pequeñas representaciones del Casco Viejo y el momento estrella de la caza de la ballena transportaron a todo aquel que estuviera presente a hace más de un siglo. Y las caras de los propios oriotarras lo decían todo. Todos y cada uno de ellos vivieron con emoción el teatro popular en el que participaron más de 200 oriotarras. El pueblo se vuelca con este día tan especial y así lo volvieron a demostrar, cinco años después, tanto los participantes (actores, arrantzales, rederas, coro, txistularis...), como el resto de oriotarras que observan y disfrutan de la representación.

La representación popular, dirigida por la actriz oriotarra Iñake Irastorza, fue el acto central del Balearen Eguna y los siete grupos distribuidos por el Casco Viejo se pusieron en la piel de aquellas personas que vivieron ese especial y único momento de principios del siglo XX. Un trabajo que Irastorza ha coordinado con ilusión por tercera vez. “Nos preocupaba el tiempo, pero afortunadamente, todo ha salido bien. Todos se han portado muy bien y no me puedo quejar de nada. Es cierto que siempre se puede mejorar pero estoy contenta con el trabajo realizado”, manifestó Irastorza una vez finalizada la representación. Asimismo, reconoció que trabajar “con el pueblo y para el pueblo” siempre es satisfactorio. “Ellos se lo han pasado bien, yo también y ha habido muy bien ambiente. No se puede pedir más”, afirmó.

Las rederas, homenajeadas

Coraje de los arrantzales

De vuelta al mar

A las 12.00 horas llegó el toque de las campanas, a la vez que los gritos de “Balea, balea!”, que avisaban de que el momento más importante estaba al llegar: la caza de la ballena. La atención se trasladó entonces a Herriko Plaza, al lado de la ría, y cientos y cientos de oriotarras esperaban ansiosos a la ballena. La gran protagonista del día se hizo esperar y llegó pasadas las 12.30 horas. Sin embargo, como era de esperar, su aparición fue estelar y los arrantzales también fueron recibidos calurosamente por todo el pueblo. “Los oriotarras nunca olvidaremos el coraje y la proeza de estas cinco excelentes traineras”, exclamó el alcalde de aquel 1901. Y tras la calurosa bienvenida a los arrantzales, la última ballena del Cantábrico fue devuelta al mar. Todo un gesto de agradecimiento.

El grupo feminista de Orio, por su parte, hizo un sentido homenaje a las mujeres rederas de su municipio y algunas de ellas recibieron el homenaje con lágrimas en los ojos. “El mar y, sobre todo, la pesca representan al pueblo de Orio y todo ello no sería posible sin las mujeres rederas. Queremos rendir homenaje a aquellas que han vivido y viven pendientes de la mar, a aquellas que han cuidado de sus hogares, porque aunque viváis a la sombra, vuestro trabajo es realmente importante”, manifestó el grupo feminista. Después, las mujeres rederas cantaron el emotivo bertso que preparó Rosi Lazkano.

Una vez terminado el momento central del día, la fiesta siguió su curso y todos los presentes siguieron disfrutando de la fiesta, no sin llenar un poquito el estómago con sardinas y sidra. Asimismo, los bertsolaris Uxue Alberdi, Jon Maia y el oriotarra Xabier Sukia ofrecieron una especial sesión de bertsos junto a la ría. Por la tarde el ambiente de fiesta no decayó y la elektrotxaranga ambientó las calles. También hubo tiempo de mover el esqueleto con una sesión de baile y la jornada culminó con el lanzamiento de bolas de fuego que organizó Gure Esku Dago. Sin embargo, los oriotarras y visitantes seguían con ganas de más y la fiesta se prolongó hasta bien entrada la madrugada.

La esperada ballena reapareció ante los oriotarras y ahora vuelve a nadar libre por el mar Cantábrico. Una jornada redonda que seguro que todos los oriotarras guardarán en la memoria. l