‘Vuelta al cole’ de la primera promoción de la ikastola
Celebraron un encuentro, con motivo del 50º aniversario de la ikastola Urretxu-Zumarraga
urretxu - La ikastola Urretxu-Zumarraga cumple 50 años y están organizando un programa conmemorativo. Los primeros en celebrar el aniversario han sido, como es lógico, los primeros que entraron en la ikastola: los alumnos de la primera promoción. El domingo visitaron el centro educativo y después comieron en La Antigua.
Los alumnos de la primera promoción finalizaron la Educación Primaria el curso 1974-1975. Eran 24 en clase y el domingo se reunieron 21. La cita era al mediodía, en la entrada de la ikastola. La mayoría viven fuera y hacía tiempo que no se veían, por lo que no faltaron los besos y los abrazos.
Una vez llegaron todos, sacaron la foto de grupo en la entrada de la ikastola. Después, se sacaron otras fotos en un aula: sentados cada uno en un pupitre. Iñigo Txintxurreta ejerció de profesor y Ramón Pardo de alumno que se ha hecho merecedor de un castigo. Tras visitar las instalaciones y tomar unos potes, comieron en La Antigua. Los que viven en Urretxu y Zumarraga siguieron de fiesta hasta el anochecer.
Txintxurreta comenta que la iniciativa fue todo un éxito. “Fue muy emocionante, pues la mayoría de nosotros vive fuera de Urretxu y Zumarraga. Vino gente de Iruña, Aramaio, Pasaia, Beasain, Arrasate... La que vino de más lejos es Lourdes Urtzelai: vive en Girona. Muchos no nos habíamos visto en más de 30 años y tuvimos problemas para identificarnos los unos a los otros”.
No solo ellos, la ikastola también ha cambiado en estas últimas décadas. “En nuestros tiempos la ikastola ocupaba un pequeño lugar del edificio y hoy en día casi todo lo que era de los padres pasionistas pertenece a la ikastola. En nuestros tiempos no había gimnasio ni campo de fútbol. Todo lo hacíamos en los frontones. Nuestra gran demanda era un campo de fútbol”.
Precisamente, una de las anécdotas que recordaron el domingo está relacionada con el campo de fútbol. “En aquellos tiempos la ikastola estaba muy unida a los frailes y estos nos llevaron a Euba a hacer ejercicios espirituales. Allí había cuatro o cinco campos de fútbol. De los ejercicios espirituales no se acuerda nadie pero de aquellos campos de fútbol... ¡Nos sentíamos en el Santiago Bernabeú!”.
Tampoco han olvidado las visitas de la inspectora. “La andereño nos hacía memorizar los nombres de los ministros para cuando viniera la inspectora. Para nosotros era como la inquisición o el mismísimo diablo”.
En la fiesta del domingo, además de recordar estas y otras anécdotas, quedaron en organizar una comida todos los años.