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“En las vueltas al mundo hemos comprobado que cuando el mar se pone serio, no hay barco grande”

El regatista Xabi Fernández protagonizará el jueves la parte más deportiva de las jornadas Amalur, dedicadas al “gran azul”. El ibartarra relatará sus vivencias y experiencias en el mar, tras lograr un oro olímpico y dar cinco vueltas al mundo

“En las vueltas al mundo hemos comprobado que cuando el mar se pone serio, no hay barco grande”

tolosa - Si en Tolosaldea hay una vida vinculada al mar, ésa es la de Xabi Fernández. El regatista ibartarra participará el jueves en las jornadas Amalur enfocadas este año al mar. En el Topic (19.30) recordará su mayor logro deportivo junto a Iker Martínez, el oro olímpico en Atenas, y contará cómo es la aventura de dar la vuelta al mundo.

Empecemos por el principio. ¿Cómo comenzó un chico de Ibarra a aficionarse por el mar y la navegación?

-Empecé de niño con ocho años, porque pasábamos los veranos en familia en el camping de Yesa. Allí estaba la Escuela de Vela de Navarra y mi padre nos apuntó a mi hermano Eneko y a mí. Nos fue gustando y con 10 u 11 años empezamos a navegar en los clubes de Euskadi; en Hondarribia, Donostia, Vitoria...

¿Cuándo llegó el salto a la competición?

-Mi hermano y yo empezamos por la vela infantil y después juvenil, hasta los 16 años, compitiendo a nivel europeo. Más tarde, con 19 años, me junté con Iker Martínez, que ya había intentado ir a Santander a navegar en 49er, barco olímpico. Hasta los Juegos Olímpicos de Sidney en 2000 no teníamos claro el futuro y fue entonces cuando pensamos que podíamos hacer carrera.

El oro olímpico de Atenas fue decisivo en su carrera.

-Hay muchos campeonatos que hemos ganado y cada uno tiene su importancia, pero es así, lo que sin duda más nos marcó fue ganar la primera medalla de oro en Atenas.

¿Qué supuso?

-Después de Atenas llegaron muchas oportunidades. Hasta entonces nos dedicamos a la carrera en vela olímpica y en 2005 fuimos a dar la primera vuelta al mundo, compaginando ambas disciplinas.

Habrán vivido situaciones extremas...

-Es en la vela oceánica donde, sin duda, más dificultades hemos pasado. En la primera vuelta al mundo con Movistar competimos con un barco construido con una fórmula nueva y el diseño falló bastante. Se acabo hundiendo el barco, así que...

¿Qué cualidades exige la vela?

-Es un deporte relativamente complicado. Hay que estar en forma, pero no es tan excluyente como el atletismo o el ciclismo, que si no tienes unas condiciones, nunca vas a llegar. Eso sí, exige mucha dedicación y hay que tener muchas ganas. También hay que tener suerte, porque es un deporte minoritario y poca gente consigue dedicarse a esto.

También tiene un componente de aventura, ¿es lo que engancha?

-La vela olímpica es deporte 100% y poco tiene de aventura. Vienen chavales jóvenes apretando y los Juegos de este año son los primeros que no voy a estar desde Sidney. La oceánica tiene mucho más de aventura. He dado la vuelta al mundo cinco veces, que ya es un reto, aunque luego hay que pelear y ganar. Y éstas son las vivencias que más le gusta escuchar a la gente y en lo que me voy a centrar en la charla. Por más medallas olímpicas que tenga, la gente quiere conocer cómo es la aventura de dar la vuelta al mundo.

¿Cómo se compagina la carrera deportiva con una vida familiar?

-Es la peor parte. La vuelta el mundo es una carrera de nueve meses, pero con la preparación supone año y medio. He tenido años que he estado en casa 30 días al año.

Amalur dedica sus jornadas al mar y su vida es una vida vinculada al mar, ¿qué le ha dado el mar?

-Al principio era un juego y después han sido 20 años dedicados al mar, pasando una media de más de 200 días al año navegando. He pasado los mejores y peores momentos.

¿Cómo siente la grandeza e inmensidad del mar?

-Dando la vuelta al mundo te das cuenta de que cuando el mar se pone serio, no hay barco grande. Los problemas o tragedias que suele haber son por falta de respeto y de no darte cuenta de dónde estás.

¿En qué momento deportivo está?

-Tengo dos hijos de 9 y 6 años y estoy disfrutando con ellos, relativamente tranquilo, aunque acabo de volver de Australia donde he estado quince días. Estoy preparándome para completar el próximo año otra vuelta al mundo, que esperamos podamos ganar y sea la última.