La exposición 400 txokotatik euskarara se enmarca dentro de las actividades del 400º aniversario de Andoain, y hoy mismo tendrá lugar una actividad complementaria. Se trata de una mesa redonda, que dará inicio a las 19.00 horas en Bastero, en la que cuatro andoaindarras, dos que viven desde su nacimiento en Andoain y otros dos que llegaron desde Extremadura y Castilla y León en los años 60, compartirán sus experiencias con el público asistente. Los protagonistas serán Ixiar Arin, Teo Calleja, Alejandro González y Jexuxmari Olazabal, y estarán moderados por el periodista Manu Etxezortu.
Actualmente el 35,3% de la población es nacida en Andoain, el 39,3% procede de otros lugares de Euskal Herria, y el 19,9% de los habitantes son oriundos de otras comunidades del Estado. Están a la cabeza los castellano-leoneses (7,5%), extremeños (6,9%), gallegos (1,6%) y andaluces (1,4%). Además, un 2,6% procede de América y un 1% de África.
A partir de la década de los 50 se fueron perdiendo los rasgos más totalitarios del régimen del franquismo y España emprendió su crecimiento económico. Este hecho favoreció que las jóvenes parejas se instalaran en ciudades y pueblos donde se requería mano de obra. La movilidad de las familias fue notable y el País Vasco recibió parte de los migrantes. En Andoain el fenómeno fue tan acusado que en diez años se duplicó el número de habitantes y en quince años se triplicó, llegando casi a los 15.000. Este hecho trajo consigo una transformación del propio municipio, en el que proliferaron las nuevas fábricas y se construyeron más viviendas para dar cobijo a las recién llegadas familias.
“Pensaba que iba al país de las maravillas”
Juan Moyano, Jesús López, Hilda Viña, Pilar Álvarez, Daniel Calvo, Inés Balbín y Pako Pérez llegaron a Andoain en busca de un futuro mejor para ellos y los suyos. El matrimonio formado por Jesús López y Hilda Viña llegó desde Lugo a Andoain en la década de los 70. Jesús reconoce que en Galicia no había esperanza alguna: “Mi padre trabajaba de sol a sol, sin parar, y en casa nunca había dinero”. Su esposa, Hilda, estaba convencida de su marcha al País Vasco. “Pensaba que iba al país de las maravillas, sabía que mi vida aquí iba a mejorar. De hecho, llegamos y enseguida los dos encontramos trabajo”, explica.
Juan Moyano dejó su vida atrás en el Valle de la Serena, Extremadura, para rehacerla en Andoain. “Vine a través de unos amigos, que nos animaron. En casa éramos seis hermanos y no había para todos, había que buscarse la vida. Llegué, fui a pedir trabajo a Michelin, y me cogieron”, recuerda. No ha querido olvidar sus raíces, pero asegura que está feliz en Andoain. “Tenemos el hogar extremeño, que creo que hace mucho bien en Andoain, pero nosotros vivimos aquí y yo me siento también euskaldun. Estoy muy integrado, estudié euskera en el euskaltegi y salgo todos los años con la tamborrada de Santa Cruz”, declara el extremeño.
Pilar Álvarez también ha querido aportar su testimonio a esta entrañable iniciativa. Llegó desde Soria con su marido nada más casarse, en el año 1947, y ha creado una gran familia en Andoain. “Decidimos emigrar porque en Soria no había posibilidades de prosperar, y había que pensar algo. A día de hoy toda la familia vive aquí, y mis hijos y nietos todos hablan en euskera. ¡A mí la misa también me gusta más en euskera”, reconoce Álvarez.