Aunque la fecha más habitual suele ser en febrero, Tolosa ha conocido Carnavales a finales de enero y también bien entrado marzo. En 2008 el Inauteriak fue tan temprano, que el Kabi Alai invitó a los Reyes Magos al balcón consistorial a lanzar el txupinazo de Jueves Gordo. En Tolosa todo vale si es para arrancar una sonrisa al personal.
El cambio que está planteándose el Papa tendría como objetivo que la resurrección de Cristo, la fiesta más importante para los cristianos, se celebre el mismo día en el rito católico y ortodoxo. Este año, por ejemplo, fue el primer domingo de abril para la Iglesia de Roma y la Iglesia oriental celebró la Pascua el segundo domingo del mismo mes.
La fecha “fija” barajada podría ser el segundo domingo de abril, y eso afectaría al inicio de la cuaresma, que determina una fiesta de origen pagano como carnaval, y la celebración de Pentecostés, que es cincuenta días después de Pascua. El resto del calendario litúrgico permanecería igual. Lo que sí cambiaría serían algunos festivos en el Estado, relacionados con Pascua y Pentecostés.
¿Cómo se calcula?
El origen del Carnaval nos lleva a la civilización romana, cuando celebraban las fiestas de Saturno, dios de los agricultores. Era uno de los festejos más importantes del calendario romano. Con la decadencia del imperio romano en el siglo IV, sin embargo, la Iglesia católica hizo suyas la mayoría de las celebraciones paganas y también esta. Por tanto, todo tolosarra debería recordar el nombre del emperador romano Constantino I El Grande, que fue quien ideó en el siglo 325 antes de Cristo, la fórmula para calcular el Carnaval, patrón que sigue vigente a día de hoy.
Hasta ahora es el calendario lunar el que determina las fechas de la Semana Santa y, por consiguiente, también las del Carnaval. Mikel Telleria explica en su libro Tolosako Inauteriak cómo se calcula. Hay que tomar como punto de partida el domingo anterior a la primera luna llena de primavera, que es el domingo de Ramos. A partir de esa fecha, se cuentan los 40 días precedentes y la fecha obtenida es la del miércoles de Ceniza, fecha de finalización del Carnaval. Al domingo anterior al miércoles de Ceniza se le denomina domingo de quincuagésima. Por último, al jueves inmediatamente anterior al domingo de quincuagésima se le denomina jueves Lardero, que corresponde al Jueves Gordo tolosarra.
El periodo carnavalero puede variar tanto en extensión como en las fechas mismas de celebración. Sin embargo, en Tolosa la coincidencia es total.
El antropólogo e historiador Julio Caro Baroja afirmó que “el Carnaval, quiérase o no, es un hijo aunque sea pródigo del cristianismo; mejor dicho, sin la idea de la cuaresma, no existiría en la forma concreta en que ha existido desde fechas oscuras de la Edad Media europea. Entonces se fijaron sus caracteres. Ello no quita para que quedaran incluidas dentro del ciclo carnavalero, varias fiestas de raigambre pagana”
A mediados de la Edad Media, la Iglesia propuso una etimología de la palabra Carnaval: del latín carnelevare, que significa abandonar la carne. Prescripción que coincidía, además, con la prohibición del consumo de carne durante el periodo cuaresmal al que precedía. Había que aprovechar los siete días precedentes para disfrutar o realizar todo aquello que iba a ser vetado y prohibido de manera inminente. Ante el previsible ayuno, comida y bebida hasta la saciedad y ante la penitencia, desenfreno y desorden total. Este fue el primitivo espíritu del Carnaval.
Aunque esta filosofía originaria sigue vigente, puede que desde Roma se ponga fin a la gracia, también originaria, de que el Inauteriak caiga todos los años en fecha diferente. De momento, Tolosa ya piensa en el Carnaval de 2016, en el que, por ahora, el txupinazo se lanzará el 4 de febrero.