Jóvenes y mayores conviven en Mizpirualde
la residencia de bergara da la bienvenida a la séptima edición del campo de trabajo ‘intercambio entre generaciones’
D ieciséis jóvenes voluntarios aportan desde ayer un soplo de aire fresco a la rutina diaria de la residencia Mizpirualde de Bergara. Veteranía y juventud se dan la mano gracias al auzolandegi Intercambio entre generaciones que afronta su séptima edición. Sus participantes proceden de Zaragoza, Sevilla, Madrid, Valencia, Vigo..., y de diferentes puntos de Euskal Herria como Bilbao, Gasteiz y Tolosa.
“Es el cuarto campo de trabajo en el que tomo parte y todos ellos se han centrado en las personas mayores. Me gusta relacionarme con ellas, tienen mucho que aportar”, explicaba ayer Silvia Aguilella. Esta castellonense de 22 años, que acaba de graduarse en Nutrición y Dietética, es la primera vez que visita el País Vasco. “Acabamos de aterrizar en Bergara -llegaron el miércoles- y me ha llamado la atención el paisaje, lo verde que está”, apreciaba sonriente.
Hacer “un poco más agradable y amena” la vida cotidiana de los ancianos; fomentar las relaciones entre jóvenes y mayores o promover la participación activa de estos últimos son algunos de los objetivos que persigue el campo de trabajo que promueve el Gobierno Vasco, en este caso con el respaldo del Ayuntamiento mahonero y el centro Mizpirualde.
hasta el día 15 Por decisión del Ejecutivo Autonómico, este año solo habrá un turno, hasta el próximo día 15, que estará capitaneado por cuatro monitores, entre ellos, la donostiarra Maialen Iriondo que repite la experiencia tras el buen sabor de boca que le dejó la pasada edición. Alojados en el gazteleku, el trabajo en Mizpirualde de estos jóvenes se desarrollará de lunes a viernes. “Además de por la mañana, los miércoles y viernes también estaremos en la residencia por la tarde”, detalló Iriondo.
Odei Sánchez es otra de las caras familiares en la residencia. “El año pasado me quedé muy contento y muestra de ello es que he vuelto a inscribirme en el auzolandegi”, indicaba este hernaniarra de 26 años, que destacaba los vínculos que se crean entre los propios participantes y lo “enriquecedor” que resulta estar en contacto directo con los mayores, que esperan “ansiosos” la llegada de sus nuevos acompañantes.
“Desde que comenzamos con este campo de trabajo, hubo un año en el que no se llevo a cabo y los residentes lo echaron en falta”, aseguraba ayer la técnico de Educación, Juventud y Participación, Nagore Narbaiza, que presidió el acto de bienvenida junto a la concejala Izaskun Labaien.
A todos estos voluntarios les une el mismo objetivo: sacar el mayor rendimiento posible de su estancia en Bergara. Se integrarán en la vida cotidiana del centro para dirigir tareas de apoyo emocional y estimulación ambiental (jugarán a las cartas, al bingo...), que amenizarán el día a día de los ancianos. Y en el tiempo libre disfrutarán, como no podía ser de otro modo, de numerosas actividades.