donostia - ¿Cómo se siente después de decidir dejar el Ayuntamiento? ¿Ha sido una decisión difícil?

-Hay sentimientos contradictorios. Haber sido alcalde de Donostia ha sido todo un honor, pero el resultado electoral fue el que fue, inesperado para nosotros. Por otra parte yo sabía que antes o después lo iba a dejar e iba a volver a la medicina y estoy ilusionado con volver a lo que de verdad he sido siempre, que es médico, con la oportunidad que me da esta profesión para desarrollar asuntos como la cooperación. También tendré tiempo para recuperar muchas cosas que he dejado por el camino estos años.

¿Siente de alguna forma que se ha quitado un peso de encima?

-No he vivido ser alcalde como un peso: ha habido momentos duros, pero también muchos buenos y ha sido una oportunidad para conocer de verdad la ciudad y estar con la ciudadanía, he podido conocer gente que de otra forma no habría conocido. Comunicar públicamente la decisión sí me ha quitado una carga.

¿Cuándo tomó la decisión?

-Volver a la medicina en cuanto vimos el resultado. Con la alcaldía era imposible compatibilizar las dos cosas, pero desde la oposición sí se podía. Para decidir si era concejal o no hubo una reflexión posterior, en la que pesó mucho ver que hay que trabajar desde la calle para fortalecer EH Bildu y abrir ese abanico que no hemos sido capaces de abrir estos cuatro años desde el trabajo institucional.

Analizados los resultados electorales, ¿consideran que los votos ganados por PNV y PSE-EE perseguían desbancar a Bildu del Gobierno municipal? ¿Los interpretan como un voto de castigo?

-Lo importante es respetar los resultados electorales y escucharlos. La población ha querido otro alcalde, otro gobierno y no hay discusión ni excusa de ningún tipo. Es verdad que nosotros no hemos sabido captar más votos y abrir ese abanico y es verdad que la oposición ha activado muchos votos, pero la participación siempre es buena y no hay nada que decir. Aunque la maquinaria de los grandes partidos y poderes es inmensa.

Han reivindicado una nueva forma de hacer política. ¿Cree que la ciudadanía no la ha entendido?

-Hemos hecho política basados en la coherencia, honestidad, cercanía y participación. Y ha dado unos resultados buenos para la ciudad. Otra cosa es que la manera de hacer política durante años y años dé por bueno que se pueda utilizar cualquier medio para deslegitimar al adversario, incluso falsear, manipular o crear una sensación de alarmismo y yo no creo que esa sea la manera correcta de hacer política. Cuando personalmente le he preguntado a alguien ¿Esto por qué lo hacéis?, la contestación ha sido siempre esto es política. Y yo les he dicho que no, eso será tu manera de entender la política, porque la mía es que se puede hacer de una manera honesta, reconociendo lo que se hace bien, criticando lo que se hace mal y poniendo encima de la mesa las diferencias, sin caer en el juego sucio.

¿Ha habido juego sucio?

-Sí ha habido, en la oposición dentro del Ayuntamiento y fuera. En toda la legislatura. Aunque no lo pongo como excusa, los resultados electorales son los que son.

¿Qué cree que ha hecho mal el Gobierno municipal?

-Mal muchísimas cosas, como hemos hecho bien también muchísimas y posiblemente habremos hecho regular la mayoría de las cosas. Pero insisto en que ha sido un honor ser alcalde, tengo que estar agradecido por esta oportunidad.

¿Qué cosas concretas cambiaría?

-La sensación global que tengo es que de verdad dejamos la ciudad mejor de como la recibimos: un Ayuntamiento económicamente muy bien, con cuentas limpias, sin deudas con administraciones y un montón de proyectos encauzados. Y hemos gobernado en plena crisis, pero hemos sido referencia en políticas sociales o en los planes de estímulo económico, nos han felicitado por temas de transparencia... Diría que hemos hecho una buena gestión en un tiempo muy difícil y con un ambiente muy agresivo.

¿Cree que ha pesado gobernar con solo ocho concejales?

-Más que gobernar con 8 sobre 27 el problema ha sido que en los otros 19 no ha habido ningún concejal que compartiera que se podía hacer política de otra manera. Gobernar en minoría no lo hemos inventado nosotros, aunque obliga a buscar acuerdos y nosotros los hemos logrado en muchos temas. Pero en general ha sido una legislatura dura. Dura.

¿Cree que el 2016 ha sido, de alguna forma, un regalo envenenado?

-No. Es una oportunidad y desde el principio lo hemos vivido así. Es curioso qué diferente es la opinión que tiene Bruselas del 2016 con la que aquí se traslada en los medios de comunicación. Es un ejemplo de que con esta manera de hacer política en la que todo vale se ha utilizado una herramienta que es para la convivencia para buscar rentabilidad política y creo que es un error. Se ha hecho un esfuerzo tremendo por buscar un consenso y cuando no lo ha habido y una decisión se ha sometido a un sistema democrático como la votación, como en el caso del evento encargado a Kontseilua, ha generado polémica. Sinceramente creo que las polémicas eran artificiales y buscaban deslegitimar a otra fuerza política.

¿Cree que saldrá bien?

-Sí, seguro. Aunque es curioso que hace un mes era tarde para todo y ahora resulta que hay tiempo para todo. Antes había dificultades económicas y ahora igual no las habrá.

¿Participará?

-Claro que participaré. No dejo la política ni de ser ciudadano activo.

Sigue pendiente la resolución judicial sobre Igeldo, un tema también polémico por el que se le ha criticado en el Consistorio.

-Un eje de nuestra política es la coherencia y dijimos, decimos y diremos que los pueblos tienen derecho a decidir. Es un principio que no debería ponerse en duda, hay que respetar la voluntad de un pueblo.

¿Volverá a trabajar con Itxas Aurre?

-No. Esa fase es pasado y mi compromiso ahora es con EH Bildu, con fortalecerlo y buscar que más sensibilidades se sumen a este proyecto.

¿Entendería que se vuelva a trasladar ‘La Paloma de la Paz’?

-No creo que suceda. Es otro ejemplo de cómo se llega a tergiversar una operación que era buena para la ciudad y que además saldaba una deuda con un escultor vasco. Es otra polémica artificial y no lleva a ninguna parte.

Este verano puede volver a haber toros en Illunbe.

-Pues sería un error. Cuando se dan pasos hacia adelante volver hacia atrás me parece un error.

¿Cree que se dará marcha atrás en otros proyectos impulsados por Bildu como el de recuperar todo el edificio Pescadería?

-Creo que dejamos una herencia buena porque hay un montón de proyectos que van a marcar lo que va a ser la ciudad en los próximos años: Tabakalera, la estación de autobuses, San Bartolomé, el Urumea, Añorga, el polideportivo de Altza... son operaciones importantes que están tan avanzadas que no deberían tener ningún paso atrás. A cualquier alcalde le viene bien recibir una herencia de este tipo, con proyectos avanzados.

El Urumea ha sido una de sus prioridades. ¿Lamenta no haber llegado a inaugurar la construcción de Txomin esta legislatura?

-Dependemos mucho de los ciclos electorales, pero hay cosas que están por encima. Con Txomin y Martutene me voy contento porque creo que nos hemos implicado en dar solución a esa zona de Donostia que estaba olvidada. Y siento un agradecimiento inmenso a toda la gente de allí que se ha portado excepcionalmente y ha participado en todo. Me voy con la sensación de que hemos actuado como debíamos, con coherencia, dando la cara y cumpliendo la palabra.

A pesar de algunas broncas tras las inundaciones.

-Las broncas han sido una ínfima parte de la aportación que nos han dado. Si no existiera el enfado en un momento dado, sería casi inhumano.

Tampoco esta legislatura se ha conseguido vender Illunbe.

-No, pero no hemos estado quietos. Fue una mala gestión de gobiernos anteriores y un sangrado para la ciudad y la solución es vender, pero no malvender. Lo que hemos hecho ha sido trabajar en los accesos y en facilitar la venta. Está muy avanzado, la solución está cerca.

Varios técnicos municipales siguen pendientes de lo que digan los tribunales sobre su posible responsabilidad por la piedra que cayó de Urgull y causó la muerte a Mikel Arzak.

-En Urgull actuamos sobre una zona que generaba peligro y eso fue acertado, ahora es más segura. Pero sucedió la tragedia que sucedió y lo primero era estar con la familia. Respetamos los derechos que tiene para reclamar lo que crea oportuno. Nosotros por nuestra parte tenemos la convicción de que se hicieron las cosas bien y confianza total en los técnicos.