Los últimos petachos del monte Urgull
El Ayuntamiento encarga una nueva obra de asentamiento de las laderas en Urgull, dos años después de los primeros estudios para evitar peligros en el interior y junto a la céntrica colina donostiarra. La caída de una piedra en el Paseo Nuevo provocó la muerte de un joven en agosto de 2013.
El monte Urgull iniciará estos días los últimos trabajos pendientes para asegurar sus laderas, caminos y pendientes, una tarea que el Ayuntamiento confía en que dure años, aunque la realidad es que la ciudad lleva invirtiendo dinero en este monte desde que lo compró en 1921 al Ministerio de la Guerra, tras cuatro décadas de intentos. La propia creación del Paseo Nuevo, hace un siglo, supuso una agresión a la naturaleza que periódicamente recuerda que no ha sido domesticada y reclama reparaciones. Los efectos del mar sobre el paseo y el muro de costa que lo sujeta también exigen cuidados continuos.
Los trabajos que comenzarán próximamente, tras ser adjudicados este mes, durarán nueve semanas, por lo que estarán listos para la primavera. Correrán a cargo de la empresa Tesinsa y costarán 265.600 euros, una suma que se añade a los cerca de 1,5 millones gastados desde hace dos años por el Ayuntamiento: 1,2 para evitar los desprendimientos de las laderas del Paseo Nuevo y otros 240.000 para los caminos peatonales internos afectados por las lluvias del pasado invierno.
Los trabajos encargados supondrán la estabilización de las zonas del paseo de los Curas más cercanas a las viviendas del muelle, así como de las inmediaciones de las ikastola Orixe de Urgull, el paseo de las Damas y el acceso al monte por la plaza de Zuloaga y por la plaza de la Trinidad. Recientemente, residentes en la zona del muelle recordaron a este diario el temor que les produce la inestabilidad del entorno del paseo de los Curas, algunos de cuyos tramos se acercan peligrosamente hacia las viviendas, según su denuncia.
En este caso, al igual que en las obras realizadas en los últimos dos años, los operarios llevarán a cabo dos tipos de trabajos: unos activos para sujetar los bloques inestables en los propios taludes por medio de redes y membranas especiales, y otros pasivos. Estos últimos no impiden la caída pero se colocan barreras para evitar que puedan caer a las zonas transitadas.
Las obras que se han ido llevando a cabo en los dos últimos años tienen su origen en un informe encargado por el Ayuntamiento a la empresa Euroestudios en diciembre de 2012, un mes después de que un bloque de piedra de grandes dimensiones cayese al Paseo Nuevo, en las inmediaciones de la Sociedad Fotográfica, y quedase en mitad de la carretera sin que, por fortuna, se produjesen daños personales.
El diagnóstico sobre la situación de esta ladera consideraba que era de esperar que continuaran las caídas de bloques, aunque pronosticaba que era más probable que cayesen piedras decimétricas que métricas, como el gran cubo desprendido en noviembre. “No es evidente que exista el riesgo de otra caída de similares dimensiones”, decía el estudio que, además, consideraba: “Lo más probable es que en el estado actual se produzcan caídas de bloque de menor tamaño que queden acumulados en el espacio entre el pie del acantilado y la acera”.
Estos consejos técnicos hicieron que el Ayuntamiento encargase trabajos de asentamiento en la zona de la Sociedad Fotográfica con el fin de evitar que se produjeran peligros para las numerosas personas.
La empresa Euroestudios llevó a cabo una simulación informática para conocer cómo caerían los trozos de ladera y aconsejó llevar a cabo una obra para agrandar la zanja provisional, creada junto a la Sociedad Fotográfica, para que las piedras quedasen retenidas, además de otras tareas técnicas, como la colocación de redes.
Las obras comenzaron en verano de 2013 con tan mala suerte que, en agosto, una piedra no tan grande como la caída en el invierno anterior se desprendió de la ladera, rebotó en el pretil e impactó mortalmente en el joven donostiarra Mikel Arzak, que paseaba por la zona en compañía de unos amigos.
trágico suceso Tras este trágico suceso, cuya responsabilidad se encuentra en los tribunales después de que la familia del joven solicitase la imputación de varios técnicos municipales, el Consistorio optó por cerrar varios meses el Paseo Nuevo y así llevar a cabo las obras de asentamiento previstas. La clausura de esta transitada senda comenzó en diciembre de 2013 y se alargó hasta finales de junio de 2014.
Los proyectos fueron adjudicados por el procedimiento de “imperiosa urgencia”, por un montante de 1,2 millones de euros. El gasto se sumó a los 1,5 millones de euros que tuvo que desembolsar también el Ayuntamiento a causa de los desprendimientos registrados en numerosas laderas de la ciudad a consecuencia de las continuas lluvias de la temporada.
Más en Gipuzkoa
-
Donostia pide compartir con los ayuntamientos de la comarca la atención a los sintecho
-
Miguel Ríos cancela el Concierto Solidario de Navidad de Super Amara por prescripción médica
-
El coro Atzokoak celebra este sábado su 40 aniversario con un concierto solidario en el Amaia KZ
-
Donostia cerrará sus paseos marítimos entre el 18 y el 20 de diciembre por el oleaje