Amenaza de cierre sobre los cines de la bretxa
Empleados de Ocine aseguran que las nueve salas dejarán de proyectar películas “antes de un mes”y que la empresa ha presentado un ERE de extinción Inician una recogida de firmas en Internet
Donostia - Trabajadores de los cines de La Bretxa difundieron ayer en las redes sociales su rechazo al probable cierre de las nueve salas de la firma Ocine, una clausura que tendría lugar dentro de un mes, según aseguran, ya que ayer se presentó el ERE de extinción en el Gobierno Vasco.
Los empleados, una quincena en total, han iniciado una recogida de firmas en Internet, que contaba con unas 200 adhesiones en la tarde de ayer, con el fin de presionar para evitar el cierre de estas salas, las únicas de Donostia que no pertenecen a la empresa Sade.
“En menos de un mes Ocine La Bretxa cerrará sus puertas despidiendo a la totalidad de sus trabajadores, después de que hace poco más de un año vieran reducidos sus sueldos debido a una bajada que les impuso la empresa”, declaran los trabajadores en la plataforma Change.org.
La causa del cierre es, según los empleados, que la empresa cinematográfica considera “desmesurado” el precio del alquiler que les cobra el centro comercial La Bretxa, que es precisamente adjudicatario de la concesión otorgada por el Ayuntamiento, por lo que los trabajadores creen que la institución local puede ayudar a evitar la clausura.
Este periódico intentó ayer sin éxito contactar con La Bretxa para conocer cuál es la situación actual y si existe posibilidad de salvar estas salas. La firma catalana Ocine tampoco ofreció explicaciones.
reducción de butacas El cierre de las nueve pantallas, que abrieron sus puertas tras la transformación del viejo mercado en un complejo comercial, en el año 2000, supondría, además, la reducción de un 40% del número de butacas con las que las que cuenta la capital guipuzcoana, una “ciudad que presume de cinéfila”, según subrayan los trabajadores.
En total, las nueve salas de Ocine La Bretxa suman 1.385 asientos. Si se confirma el cierre del espacio, la capital guipuzcoana se verá privada del conjunto de cines de carácter más comercial de la ciudad. De hecho, muchas películas para público juvenil e infantil, así como las de acción o fantasía, acostumbran a exhibirse en estos céntricos locales.
Las salas de La Bretxa son las únicas de la ciudad que no alteran su programación durante el Festival de Cine y mantienen su propia programación. Al parecer, la exhibición seguirá al menos hasta finalizar el Zinemaldia, que empieza el próximo viernes.
La crisis que afecta a las salas de cine se ha dejado sentir en Donostia desde el año 2004, cuando se cerraron las siete salas del centro comercial Garbera, que habían abierto siete años antes. Este conjunto era propiedad de la empresa Sade, al igual que los cines Astoria, que también cerraron en 2004. Dos años después, tuvieron que terminar su actividad las diez salas de la empresa Warner Lusomundo que se hallaban en Illunbe. En este caso, la Sade había denunciado ante los tribunales la puesta en marcha de estos cines y la adjudicación del complejo y los tribunales otorgaron la razón a la empresa donostiarra. Al año siguiente, en 2005, la Sade abrió las salas Antiguo Berri, que perviven en la actualidad, junto a los multicines del Príncipe y las dos salas del Trueba, todos ellos de Sade.
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