Síguenos en redes sociales:

"Las servilletas en el suelo son señal de que se trabaja bien"

Los hosteleros donostiarras descartan emprender una campaña como la de Bilbao para no arrojar los restos al suelo A los turistas les asombra ver papeles tirados; para los locales, es tradición

"Las servilletas en el suelo son señal de que se trabaja bien"

donostia - "Las servilletas en el suelo son señal de que se trabaja bien. Si no las hubiera, sería mala señal". Aunque parezca extraño, los hosteleros de la Parte Vieja donostiarra coinciden en que las servilletas y palillos en el suelo no son un problema para ellos. Los visitantes se extrañan, pero lo cierto es que en los bares vascos es tradición tirar los restos del pintxo al suelo. Por eso, aunque algunos locales sí tienen papeleras, de momento en Donostia no se plantean emprender una campaña generalizada similar a la que han puesto en marcha los bares de Bilbao: bajo el lema Encesta, que no cuesta, pretenden fomentar que se utilicen las papeleras y no se arrojen los restos de los pintxos al suelo.

"Donostia ya es la capital del pintxo y tiene la fama que tiene. Y no se ha detectado que haya presión por parte de clientes o ciudadanos por cambiar este aspecto porque consideren que las servilletas indican suciedad. Al revés, para los hosteleros son señal de trabajo", explica el secretario de la Asociación de Hostelería de Gipuzkoa, Kino Martínez.

"Ya intentamos poner papeleras, pero no funcionó", explica José Luis Matías, del bar Aralar, una de las paradas habituales en los recorridos de pintxos de la Parte Vieja. Para el responsable del establecimiento los papeles y palillos en el suelo no indican suciedad y a ellos solo les exige pasar la escoba más a menudo. "Sí es cierto que a los turistas les extraña y buscan papeleras", confiesa el encargado del bar.

"Algunos sacan fotos del suelo"

De la misma opinión es Iñaki Zelaia, responsable del bar-restaurante Bartolo. "Ahora barremos; si pusiéramos papeleras, también habría que vaciarlas. No nos supone más trabajo", explica el hostelero. En su caso, sí que cuentan con varias papeleras en el exterior del local, junto a la pequeña barra colocada junto a la puerta, para evitar que en la calle se arrojen los papeles y restos de los pintxos al suelo. En el interior, en cambio, se mantiene esa costumbre. "A los turistas a veces les decimos que si te gusta el pintxo, tiras la servilleta al suelo; si no, la dejas en el plato. Y que por eso hay tantos papeles en el suelo", añade Zelaia sonriendo.

"Sí es cierto que, además de sorprenderse, algunos turistas sacan fotos al suelo", confirma Juantxo Pérez, del bar Gorriti. Confiesa, además, que aunque algunos visitantes imitan a los locales, a la mayoría les cuesta echar papeles al suelo y suelen dejar su servilleta en la barra o en el plato que han utilizado para los pintxos.

De todos modos, igual que el resto de hosteleros, considera que los papeles en el suelo indican que se está trabajando bien y confiesa que, aunque ellos no lo hacen, hay hosteleros que arrojan ellos mismos papeles al suelo para atraer clientes y, de algún modo, "ir fogueando la jornada", apunta el secretario de los hosteleros guipuzcoanos, Kino Martínez.

"No es invento bilbaino"

De todos modos, sí hay quien ha decidido apostar por las papeleras, tanto en la Parte Vieja como en el resto de la ciudad. "No es un invento de Bilbao, ¡nosotros lo pusimos hace tiempo!", cuenta Julia Oiarzabal, del bar Irrintzi. En su establecimiento colocaron unos pequeños cestos bajo la barra para depositar las servilletas, palillos y demás y la hostelera confirma que sí se utilizan, aunque haya quien siga arrojándolos al suelo. A ellos les resulta más práctico y más limpio, aunque Oiarzabal reconoce que los cestos resultan curiosos a algunos clientes, que los han llegado a utilizar para colocárselos en la cabeza.

Bromas aparte, cada negocio decidirá si coloca papeleras o no, pero lo cierto es que no parece que la costumbre de tirar papeles al suelo sea un problema para los hosteleros donostiarras, por lo que está descartado emprender una campaña generalizada similar a la que se ha puesto en marcha en Bilbao. Al revés: seguirá habiendo clientes que, antes de elegir entrar a un bar o a otro, se fijarán en el suelo y entrarán en el que más servilletas tenga.