olaberria - ¿Siempre le han gustado los aviones?

-Desde los cuatro o cinco años quise ser piloto. Volé a Tenerife con mis padres y fue entonces cuando me empezó a gustar este mundo. Empecé pidiendo a mis padres aviones de juguete, después compraba revistas, distinguía los distintos aviones, compré mi primer simulador de vuelo para ordenador...

¿Qué tuvo de especial aquel primer viaje a Tenerife?

-Siempre me han gustado las máquinas que se mueven. Me gustaban los coches y los trenes, pero los aviones son especiales porque pueden volar. En aquel primer viaje a Tenerife me dejaron entrar en la cabina y aquello me impresionó mucho. Además, el piloto era muy simpático. Hoy en día es mucho más difícil entrar en una cabina en pleno vuelo. Los sucesos de 2001 lo cambiaron todo.

Además de comprar aviones de juguete y revistas, visitaría muchos aeropuertos.

-Sí. Recuerdo que solía darle la pelmada al aita para que me llevara a los aeropuertos a ver aviones. Solíamos ir, sobre todo, a Bilbao. No en vano, hay mayor frecuencia de vuelos. Estando de vacaciones, en Tenerife, también le solía pedir que me llevara al aeropuerto. He estado en los dos aeropuertos de Tenerife: Los Rodeos y Reina Sofía. El primero impresiona más, pues está a 600 metros de altura y tiene una pista muy larga. Además, la niebla entra enseguida.

Es también tristemente famoso por un trágico accidente.

-En efecto. Chocaron dos Boeing 747. Fue el accidente con más víctimas. A raíz de aquello, cerraron Los Rodeos y abrieron el aeropuerto Reina Sofía.

¿Qué decían sus padres de su afición?

-Siempre tuve claro que quería ser piloto, pero en el último momento suelen entrar dudas. Todos mis amigos iban a estudiar Ingeniería, pero mis padres me dijeron que si quería estudiar para piloto tendría todo su apoyo.

Sus padres regentan el restaurante Arrieta de Olaberria. Perdieron un cocinero o camarero.

-En la cocina no soy muy hábil y solía ayudar como camarero. Mi hermana también ha elegido otro camino: es profesora. Ya veremos qué pasa en el futuro.

¿Dónde estudió?

-Estudié en la ikastola San Benito de Lazkao y en 2005 fui a Reus a hacer la carrera de Piloto de Aviación Comercial. En el Estado español hay bastantes escuelas, pero el título universitario solo se puede conseguir en Salamanca y en Reus.

¿La carrera universitaria abre más puertas?

-Algunas compañías lo valoran más que otras. En mi opinión, todavía no se valora lo suficiente. De todos modos, en este oficio lo más importante es el número de horas de vuelo.

¿Es dura la carrera de piloto?

-Sí. La carrera es en inglés y no se puede repetir curso.

¿Cómo fueron los estudios?

-Disfruté mucho. Son unos estudios muy bonitos para alguien que realmente quiere ser piloto.

¿Dónde hizo las prácticas?

-Estuve en Hondarribia, Málaga, Sevilla, Bilbao, Salamanca... Tras finalizar los estudios, fui a Inglaterra a sacar el título de inglés para pilotos y después hice el curso de instructor. He estado tres años dando clases en la escuela de pilotos de Hondarribia y en octubre me llamaron de Vueling. Pasé las pruebas y el 3 de marzo comencé el curso de la compañía. Después, comenzaré a pilotar aviones comerciales.

¿Cómo espera que sea su vida en adelante?

-Tendré que pasar muchas horas fuera de casa, aunque hoy en día lo normal es volver a casa cada cinco o seis días y tener después tres o cuatro días de fiesta. Uno de ellos suele ser de guardia.

¿Sabe ya a dónde le tocará volar?

-En principio, a todos los destinos de la compañía: Europa, África, Qatar...

¿Y qué avión pilotará?

-Nos tenemos que especializar en un modelo en concreto y el mío es el Airbus 320. Este avión y el Boeing 737 eran los que tenía en mente, por lo que estoy muy contento.

¿Cómo se siente ante su primer vuelo?

-Ilusionado y nervioso. Al principio iré como pasajero, con un comandante instructor y otro piloto. Los principiantes vamos muy protegidos. En este mundo se pasan muchas pruebas y muchas horas de vuelo antes de ponerse a los mandos de un avión. Los primeros 80 vuelos los hacemos vigilados.

¿Hay algún aeropuerto que le haga especial ilusión conocer?

-Hay algunos muy especiales. En Europa, por ejemplo, el de Madeira. Tiene una aproximación muy complicada: aún se está virando cuando se toca tierra. Por otro lado, todos hemos visto las turbulencias que se crean en Bilbao cuando sopla el viento sur. También quiero conocer los grandes aeropuertos, claro: Barcelona, Madrid, Heathrow de Londres, Charles de Gaulle de París...

¿Qué dicen sus padres?

-Ellos también se ponen nerviosos siempre que tengo que superar alguna prueba. Y me han dicho que quieren volar en un avión pilotado por mí. Toda la familia ha tenido ocasión de volar conmigo, pero ha sido en un avión pequeño. Mi abuela también ha solido venir. Es muy valiente.

¿Hay muchos pilotos en Gipuzkoa?

-Conozco a dos hermanos que trabajan en Air Nostrum y a otro de Oiartzun. También hay una chica de Ordizia. Además, tengo entendido que hay otros dos pilotos de Goierri: uno de Beasain y otro de Lazkao.

¿Considera que su profesión es lo suficientemente conocida?

-En la televisión se habla mucho de nosotros, pero muy poca gente conoce personalmente a un piloto. La gente cree que solo el que se sienta a la izquierda es piloto, pero los dos tienen licencia. La responsabilidad recae en el comandante, pero son los dos los que llevan el avión. El comandante es un piloto con muchas horas de vuelo que ha hecho un curso impartido por la propia compañía. El nuestro es un mundo muy complejo y desconocido.

¿Es complicado llevar un avión?

-Lo complicado es controlar todos los parámetros. Suele haber momentos estresantes, pero para eso nos preparan y los aviones son muy seguros.

¿La crisis ha afectado al mundo de la aviación?

-La aviación lleva en crisis desde 2001. El atentado de las Torres Gemelas perjudicó a todas las compañías. Además, subió el precio del combustible. Si a eso le unimos la crisis global... La mayoría de las compañías europeas no han necesitado nuevos pilotos estos últimos años.