EL 10 de noviembre de 1963 tenía lugar la puesta de largo del Instituto Nacional de Enseñanza Media de Oñate. Abría sus puertas en la antigua universidad Sancti Spiritus. Y lo hacía con el privilegio de ser el primer centro de estas características a nivel del Estado español que se implantaba fuera de las ciudades, en un pueblo. Hoy, cinco décadas más tarde, el insti oñatiarra, bautizado con el nombre de Zuazola, puede presumir de haber formado en sus aulas a cientos de alumnos y haber afrontado distintos planes educativos. Medio siglo de andadura donde se ha tejido una historia propia.

La actual directora, Leire Iturrioz, las profesoras Lukene Igartua y Mari José Ibarrondo, y Santi Mendiola, que forma parte de la primera generación de alumnos del centro, desgranan en este reportaje un buen puñado de detalles de estos 50 años de recorrido.

Mendiola tenía diez años cuando el instituto se puso en marcha. "Como por aquel entonces sólo se podía cursar los estudios de Bachillerato en las ciudades, a Oñati vinieron estudiantes de Arrasate, Bergara, Legazpi, Zumarraga...", relata este oñatiarra que recuerda, como si fuera hoy, a quienes tuvo como profesores: el primer director José Juan Iraola, Begoña Yartu, Elena Valbuena o el oñatiarra Javier Gereka con sus míticas frases de te voy a mandar a cultivar cebollinos en la inopia.

Eran otros tiempos. Los alumnos, incluso, tenían que hacer una prueba de ingreso sobre cultura general. Todavía se conservan aquellos exámenes: "Subraya el nombre del que fue el primer rey de Israel; ¿Qué río baña Palestina?; ¿cuántos metros tiene un hectómetro?; ¿cuántos duros te darían por un billete de mil pesetas?"..., son algunos ejemplos de las preguntas que se formulaban.

Ciencias naturales, matemáticas, geografía, dibujo, latín, francés... formaban parte de la lista de asignaturas que engrosaban el curso escolar, junto con las impuestas materias de gimnasia y formación del espíritu nacional; estas dos últimas impartidas por gente de La Falange.

Rezar en clase era, además, un clásico en aquellos años, y entre las múltiples anécdotas que se vivieron, Mendiola rememora que con diez años tenían que colgarse la corbata al cuello.

"Los profesores que teníamos eran de fuera. Venían desde Salamanca, Burgos... Se alojaban en los dos pisos que había en el instituto, uno para mujeres y otro para hombres", detalla la oñatiarra Mari José Ibarrondo, ahora profesora, pero en su día alumna del centro una vez de edificarse el inmueble actual.

No fue un camino de rosas, pero siete años más tarde, en 1970, después de esta primera aventura en las cuatro paredes de Sancti Spiritus, Oñati estrenaba un nuevo y moderno edificio junto a la antigua universidad, tras el derribo del viejo hospital y Chocolates Gereka. El instituto, al igual que la sociedad, fue experimentando numerosos cambios. En un principio fue una sección delegada del Instituto Peñaflorida de San Sebastián (es cuando se entraba con diez años tras pasar la prueba de acceso). En el curso 1975-76 se incluyó BUP, COU, y euskera como asignatura. El traspaso de competencias al Gobierno Vasco en 1980-81 fue otro de los hitos en el mundo educativo. Así que a partir de ese curso pudo realizarse el Bachiller en euskera.

En 1988 el centro paso a llamarse Rodrigo Mercado de Zuazola, en homenaje al fundador de la universidad, y diez años más tarde, tenía lugar la fusión con el instituto de Formación Profesional Larraña, además de un nuevo plan de estudio: el desembarco de la ESO. En estos momentos, el edificio de Zuazola, en el que comparten pupitre 149 chavales de 12 a 18 años, alberga la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato dentro de la red pública oñatiarra Urgain.

Zuazola-Larraña goza de muy buena salud. "El objetivo es continuar con el número de alumnado que tenemos en la actualidad", sentencia Lukene Igartua, que también fue estudiante del centro.

los actos conmemorativos

Mañana con el pueblo

En estos 50 años por los pasillos del insti han correteado numerosas generaciones de chavales dispuestos a poner rumbo a su futuro. Las bodas de oro se celebran estos días con una exposición que puede visitarse en la casa de cultura hasta el domingo. Y aún hay más. Hoy los actos se centran en los alumnos con una charla, el concierto de Josu Zubia y lunch.

Mañana se abrirán las puertas al pueblo. A las 11.00 horas habrá una visita guiada por las instalaciones, y a las 12.00 cogerá el testigo el acto oficial donde tomarán parte el alcalde, Mikel Biain, la directora Leire Iturrioz y representantes del departamento de Educación del Gobierno Vasco. Después, el historiador Jerardo Elortza ofrecerá una conferencia sobre la educación en Oñati y, en particular, en el instituto. Tras el lunch, la plantilla de profesores -se ha invitado a los antiguos docentes- se reunirá para comer.

El programa conmemorativo seguirá durante el curso. Se está preparando un libro, así como conciertos de ex alumnos y otras actividades.