idiazabal. La agencia de turismo de Goierri, Goitur, ha alcanzado un acuerdo con la empresa Ak-Helicopters de Usurbil para ofrecer la oportunidad de conocer la comarca desde el aire. La empresa traerá su helicóptero a las principales fiestas y ferias de Goierri y Goitur publicitará el evento. Además, en las oficinas y hoteles se informará de esta opción y Ak-Helicopters incluirá el vuelo por Goierri en su oferta. Goitur también tiene intención de incluir el vuelo por la comarca en sus packs e informará a las empresas de la comarca sobre la oportunidad de desplazar a sus clientes en helicóptero.

Goierri es una comarca que vuela alto: algunas de las empresas más prestigiosas de Euskadi se encuentran aquí (por ejemplo, CAF, Irizar e Indar) y fue pionera en la promoción del turismo interior. Ahora, con la ayuda de este helicóptero, Goitur pretende volar más alto aún.

El acuerdo se presentó ayer en el patio del colegio de Idiazabal. La localidad que da nombre al queso celebraba una feria de ganado y productos de la huerta y Goitur aprovechó esta circunstancia para dar a concer el convenio y traer el helicóptero.

Expectación La llegada de la aeronave se hizo esperar, pues el día amaneció con una densa niebla y en esas circunstancias hubiera sido una temeridad hacerla volar. Llegó hacia las 11.00, una vez se disipó la niebla. Para entonces se habían acercado un buen número de vecinos al patio de la escuela.

La llegada del helicóptero despertó una gran expectación. Durante todo el día vecinos de todas las edades se acercaron a la escuela para ver de cerca la aeronave y algunos incluso se animaron a volar. Ver Goierri a vista de pájaro cuesta 60 euros (50 para los niños).

La primera en subir al helicóptero fue una vecina ilustre de la localidad: Juanita Oiarbide. Esta mujer nació hace 82 años en el caserío Benta Txiki. Muchos guipuzcoanos conocen esta casa. Está situada junto a la N-1 y, en los tiempos en los que esta carretera no soportaba la tremenda densidad de tráfico que soporta hoy en día, mucha gente hacía una parada en ella. No solo porque estaba a mano, sino sobre todo porque en esta venta se podían encontrar todo tipo de productos. Era El Corte Inglés rural y hacer una parada allí se convirtió en una costumbre para muchas familias.

La última ventera de Benta Txiki fue, pues, la primera pasajera del helicóptero. De Benta Txiki al cielo. Oiarbide comentó que hace años voló en avión y que cuando supo que iban a traer un helicóptero a Idiazabal no se lo pensó dos veces. "He probado el avión y tengo que probar también esto. En avión monté hace años, con mi difunto marido. Volvimos de Madrid. El viaje de ida también quise hacerlo en avión, pero él se negó. A la vuelta le dije que o cogíamos el avión o me buscaba otro marido. No quería irme de este mundo sin viajar en avión", comentó con humor.

Trabajar junto a la N-1 ayuda a convertirse en una persona abierta y valiente. "Me han dicho a ver si no me da miedo volar en helicóptero y les he contestado que no tengo nada de miedo. Me hace mucha ilusión. ¿Y si se cae?, me han preguntado. Pues iré al cielo, les he respondido".

Y, en efecto, Oiarbide fue al cielo. Subió a la aeronave y cuando esta despegó saludó a sus vecinos con una sonrisa en la boca. A la vuelta seguía sonriente. "Me ha encantado la experiencia", comentó.

Por primera vez en su vida, pudo ver el caserío que le vio nacer desde el aire. Los responsables de Ak-Helicopters comentaron que muchos de sus clientes son personas mayores que quieren probar esta experiencia antes de que sea tarde. "En Leitza una mujer de 87 años nos pidió pasar por encima de su caserío natal, que estaba ya en ruinas y al que no se podía acceder en coche". Habrá que cambiar el dicho: en esta vida hay que escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo... y ser pájaro por un día.