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La virgen de Ezkio sale del barrizal

en febrero se hará un nuevo refugio y se está trabajando para que la Iglesia reconozca las apariciones

La virgen de Ezkio sale del barrizalA.Z

LA virgen de Arantzazu apareció entre unos espinos y la de Ezkio ha estado metida en un barrizal. Primero la hundieron las autoridades políticas y eclesiásticas, debido a que no otorgaron credibilidad a los testimonios de los videntes. Ahora ha sido la obra del TAV la que la ha hundido en el fango. Esta vez en el sentido literal. Pero está a punto de salir. Por un lado, parece que la Iglesia va a aceptar las apariciones. Por otro lado, el refugio donde se reúnen sus fieles, que se encuentra cercado por las obras del tren, se trasladará unos metros más abajo para que no quede al otro lado de la vía del TAV. Uno de los devotos de esta virgen, el legazpiarra Xabino Legarda-Ereño, ha hablado acerca del tema.

En 1931 unos hermanos de Ezkio aseguraron haber visto a la virgen y en poco tiempo el pueblo se convirtió en lugar de peregrinación. Miles y miles de personas visitaron este pequeño municipio y muchos dijeron que a ellos también se les había aparecido. El tema fue objeto de polémica y, finalmente, el Vaticano no dio por buenos los testimonios de los videntes y la localidad fue desprestigiada. Se tachó a los videntes de ignorantes y muchos acabaron en la cárcel o en psiquiátricos.

El tema ha sido poco menos que tabú desde entonces, pero un reducido grupo de fieles ha seguido reuniéndose en el lugar donde supuestamente apareció la virgen. En la actualidad son unos 30 y se citan el segundo domingo de cada mes y los días 16. Hay devotos de Zaldibia, Lazkao, Legorreta, Ordizia, Irun...

Legarda-Ereño explica que la virgen atrae también a gente de fuera. No en vano, su supuesta aparición movilizó a muchos creyentes en los años 30 y la devoción ha pasado de padres a hijos: "En España hay grupos formados por seguidores de la virgen de Ezkio: en Valencia, en La Rioja, Girona... El recuerdo sigue vivo. Ezkio es un lugar de encuentro, de oración, sagrado. Suele venir una nieta de María Rekalde, una de las videntes de los años 30, y eso me hace mucha ilusión".

Comenta que con el Ayuntamiento de Ezkio-Itsaso y con la empresa que trabaja en la obra del TAV la relación es muy cordial. "La empresa está cumpliendo todo lo que prometió. Ha hecho un camino para llegar hasta el refugio, pero recomendamos ir solo los días en los que nos juntamos todos. Hay que respetar las obras. Esta situación es temporal y ya llegará el día de disfrutar plenamente de aquel entorno. También debo expresar mi agradecimiento al Ayuntamiento. No le di las gracias personalmente al anterior alcalde, Tomás Etxaniz, y me gustaría aprovechar estas líneas para agradecer su generosidad y honestidad. El Consistorio, y no nosotros, es el artífice del nuevo proyecto", explica.

El nuevo refugio estará un poco más abajo que el actual: más cerca de la antigua GI-632: "Será más bonito. Se mantendrán la fuente y las imágenes, pero el refugio va a ser más grande y va a haber un paso para coches. También habrá dos aparcamientos".

No es la única buena noticia para los devotos, pues se están dando pasos para que las apariciones sean reconocidas por la Iglesia. "Nosotros nos basamos en el libro Los hechos de Ezquioga entre la razón y la fe de Amado de Cristo Burguera. Este teólogo franciscano fue el padre espiritual de los videntes. Se exilió durante la Guerra y defendió su libro en Roma. La obra todavía está en la Congregación de la Santa Fe y creo que el Papa la ha leído ya. No hay un veredicto todavía, pero espero que en un futuro sea favorable", augura.

Legarda-Ereño cree que el pueblo de Ezkio y los videntes merecen que se les haga justicia. "Los videntes pasaron represión, marginación, vergüenza, miedo, exclusión social y excomunión. La Iglesia tiene que reparar el daño que hizo en los años 30". Burguera era de Sueca, Valencia, y son sus seguidores los que están trabajando a favor del reconocimiento de las apariciones.

El legazpiarra no teme que Ezkio se convierta en un lugar de peregrinación como Lourdes. "Tiene que ser un punto sagrado donde la gente entienda el amor incondicional de la madre. La virgen de Ezkio no quiere nada espectacular. Es humilde, sencilla y austera. Es una virgen para la gente sencilla, para la gente que sufre. En Lourdes también se siente la presencia de la madre. Todo lo demás es algo material que no lleva a ningún lado".