"tRAS la investigación realizada, nos atrevemos a afirmar que la relación entre Zumaia y el pulpo se remonta a tiempos prehistóricos", señala Oihana Artetxe, una de las autoras del libro Zumaia y el pulpo, que fue presentado ayer en la Alondegia de la villa costera y que trata de explicar la relación que une al municipio con el octópodo. Mañana se celebrará una nueva edición del Olarro Eguna y un año más el pulpo volverá a ser el protagonista indiscutible de la jornada. Esa fiesta, la sociedad gastronómica Pulpo y las asociaciones locales que llevan el molusco en sus logos, demuestran que esta mascota de ocho tentáculos se ha convertido en un distintivo folclórico para la villa. Sin embargo, durante siglos fue sustento económico de muchos hogares de Zumaia, algo que relata la obra recién publicada.

El libro se comenzó a elaborar en 2008, tras la convocatoria de beca que realizó el Ayuntamiento de Zumaia. Esta beca tenía como fin la realización de un trabajo de investigación que profundizase en la relación existente entre Zumaia y el pulpo. Tras la convocatoria se formó un grupo multidisciplinar con la intención de tratar el tema desde diferentes ámbitos y puntos de vista y este equipo lo han conformado los historiadores Xabier Alberdi y Oihana Artetxe, el licenciado en Geografía e Historia Imanol Azkue, el naturalista y fotógrafo Javier Carballo y el biólogo Iñaxio Manterola.

De este modo, Artetxe y Alberdi se han encargado de investigar los orígenes históricos de la estrecha relación entre Zumaia y el pulo, Carballo ha recopilado las vivencias sobre los pulperos de la localidad, incluyendo numerosa documentación fotográfica y Manterola se ha ocupado de explicar la biología y el cultivo del molusco. En un último apartado también se explican algunas recetas.

el secado y la economía doméstica

Platos de la época romana

"Teniendo en cuenta las dificultades que hemos tenido que afrontar por la escasez de fuentes de información, somos conscientes de que los resultados que hemos obtenido no son concluyentes. Sin embargo, al ser el primer trabajo que se publica sobre la tradición pulpera consideramos que este estudio podría servir como punto de partida para futuros trabajos que traten sobre el tema", explica Artetxe.

En este sentido, por un lado, han demostrado que la tradición pulpera de Zumaia es consecuencia de varios procesos económicos y sociales acaecidos a lo largo de su historia. Por otro lado, han reforzado la hipótesis de que la explotación del pulpo podría remontarse a la Prehistoria, teniendo en cuenta, entre otros aspectos, que en los yacimientos prehistóricos de los alrededores predominan los restos de especies que, al igual que este molusco, se pescan o recolectan en la rasa mareal.

Los investigadores también han concluido que los platos principales elaborados tradicionalmente con el pulpo como ingrediente, pueden tener su origen en la culinaria de época romana. "Esto se refuerza con los datos arqueológicos obtenidos en yacimientos cercanos a Zumaia, ya que de ello se deduce que las sopas variadas (como podría ser la sopa de pulpo) seguían teniendo una gran importancia en la alimentación de la Baja Edad Media", explica Artetxe.

Asimismo, la tradicional técnica de secado de pulpo que se utiliza para la conservación de este alimento es fruto del desarrollo de diferentes técnicas de conservación del pescado en Zumaia. "Podemos asegurar que la pervivencia de este método de conservación es consecuencia de la importancia que ha tenido el secado de pescado en la historia económica de la villa durante los siglos XVIII y XIX", señala la historiadora. La investigación también descubre el predominio de la mujer en la explotación del octópodo, ya que era una actividad que, por lo menos hasta la llegada de la industrialización, ha estado muy ligada a la economía doméstica.

los mariscadores y pulperos

"¡El mayor pesó doce kilos!"

Aunque hoy en día este molusco se ha convertido en una distinción folclórica de Zumaia, en la rasa mareal entre Sakoneta y Algorri, mucho antes de que los científicos iniciasen sus visitas para investigar el flysch, los pescadores de pulpos y mariscadores zumiarras ya tenían bien estudiada la zona. "El reflujo de la marea dejaba al descubierto una extraordinaria plataforma plagada de estratos fragmentados, cavidades y charcos, que hacían de ella un lugar privilegiado para la pesca a pie", subraya Carballo en la obra.

Así, entre los testimonios que ha recogido el fotógrafo destacan, por ejemplo, el de Ramón Mujika Erramun beltza, quien recuerda que cuando había mucha entrada de pulpo pescaban 30 o 40 en cada marea. "El mayor pulpo que se ha pescado por aquí pesó doce kilos", relata. Evaristo Osa, por su lado, explica que había noches en las que tenían que hacer varios viajes desde las peñas hasta el caserío con el saco lleno de pesca. Claudio Etxabe Pikote (protagonista de la portada del libro) recuerda que el mayor octópodo que pescó, de 7,2 kilos, le costó "más matarlo que pescarlo".

Pero Carballo también ha recopilado otro tipo de curiosidades, como la peculiar historia de Manuel Epelde, que estando pescando pulpos en Algorri, encontró una botella que en su interior tenía un mensaje escrito en inglés, de un estudiante americano que la lanzó al mar desde una isla del Caribe varios años atrás. Epelde devolvió el mensaje al joven, a la dirección que él indicaba y como recompensa recibió un agradecimiento acompañado de un aguinaldo de 20 dólares.

"En tiempos pasados la pesca del pulpo fue practicada por la inmensa mayoría de los habitantes de la comarca y su carne era un recurso alimenticio importante en los hogares humildes. En nuestros días son contados los pulperos que practican la pesca y además ya no lo hacen por necesidad, tal y como en su día lo hicieron nuestros progenitores. Ahora pescan por entretenimiento y por mantener la tradición que han heredado", concluye Carballo.