Donostia. En torno al 70% de la arena que se movió el pasado mes de mayo, para intentar solucionar el problema de la presencia de piedras en la playa de Ondarreta, se ha desplazado a la zona del Pico del Loro. Esto ha provocado la reaparición de los molestos cantos rodados y cascotes de origen humano.
A finales del mes de mayo, el Ayuntamiento decidió bajar la cota de la parte alta de la playa y redistribuir 18.000 metros cúbicos -35.000 toneladas- de arena por Ondarreta para que el arenal recuperase su perfil natural y, de esta manera, solucionar el problema de las piedras. No obstante, el director de la Unidad Marina de Azti-Tecnalia, Adolfo Uriarte, indicó en una conversación con este medio que un análisis topográfico realizado el 4 de junio -todos los meses el Ayuntamiento y el Servicio de Costas realizan un estudio del estado de la playa que remiten a Azti, que se encarga del análisis de los datos- el 50% del material que repartieron se había desplazado hacia la zona del Pico del Loro, descubriendo las piedras. El miércoles se realizó un nuevo estudio y a la espera de los datos, estimó la cantidad de material desplazado rozará ya el 70%.
En este sentido, Uriarte explicó que, cuando se procedió al movimiento de mayo, la arena de la parte alta de la playa se colocó en la zona del Tenis y, sobre todo, en la parte baja de Ondarreta, no con el objeto de "tapar las piedras", sino para que la playa recuperase su perfil natural.
Desde Azti consideraron que quizá hubiese sido mejor destinar menos arena a la parte baja y más a la zona del restaurante, para que durante el verano se hubiese ido redistribuyendo y tapando las rocas. De cualquier modo, también expusieron que la arena "no está compactada" por lo que hasta un leve oleaje ha podido moverla de su lugar.
Desde el centro tecnológico indicaron, a su vez, que durante el verano las corrientes empujan a la arena en dirección al peñón, mientras que en invierno ocurre el proceso contrario: el material se mueve hacia la zona del restaurante. En este sentido, expusieron que lo ocurrido era "algo esperable en condiciones de verano", lo que no preveían es que aconteciese tan pronto. De hecho, esperaban que tardase unos dos meses en producirse.
Pese a todo, Uriarte se mostró optimista: "No son malas noticias, porque si tenemos un invierno fuerte, la arena del Pico del Loro se va a ir hacia el Tenis. Tenemos material suficiente para que el invierno lo redistribuya en su sitio". Al mismo tiempo, añadió que al haberse rebajado la cota de la zona alta "las mareas vivas de septiembre y el invierno más energético, que creemos que será este año, redistribuirá mejor la arena".
cota más baja Azti-Tecnalia en un documento llamado Informe de actuaciones en la playa de Ondarreta desde 2004 hasta la fecha explicaba que los elementos situados en la parte alta del arenal, como el bar-restaurante, "secuestraban" la arena impidiendo que en los meses de invierno los temporales bajasen ese material a la orilla.
El Ayuntamiento de Donostia procedió a retirar el restaurante el pasado mes de enero, después de que se terminase la concesión que este tenía con el Servicio de Costas. El informe indicaba que, tras la eliminación de esta y otras estructuras, el invierno debía reconfigurar la playa y devolverle a su "perfil natural", rebajando la cota de la zona más cercana al muro. No obstante, los meses invernales no han sido "energéticamente altos" por lo que a consejo de Azti, el Ayuntamiento decidió rebajar el nivel en la zona del paseo. Tras el movimiento las 35.000 toneladas de arena, la cota se ha reducido entre 80 centímetros y un metro.
De cara al próximo invierno, se va a dejar que los temporales y el oleaje actúen sobre Ondarreta, aunque Uriarte aseguró que valorarán la posibilidad de hacer otro movimiento de material para "ayudar" a reconfigurar el arenal en invierno. "Hay margen para bajar la cota otro metro más", aseguró el director de la Unidad Marina.
Por otro lado, en septiembre, después de hablar con el Ayuntamiento, Costas deberá decidir si se procede a retirar cascotes y materiales de origen humano.