La ascensión de la Virgen del Coro
LA IMAGEN QUE HOY SE VENERA DISPONE DE UN PEQUEÑO ELEVADOR QUE LA SUBE DEL CAMARÍN A SU NICHO EN EL RETABLO
habitualmente se encuentra sentada en su trono, en el nicho central que se sitúa en el presbiterio del templo. La imagen de la Virgen de Nuestra Señora del Coro abandonará hoy el lugar que preside para colocarse frente al altar en la basílica de Santa María de la Parte Vieja donostiarra. Y es que a las 11.30 horas se celebrará en el templo la misa en honor a la patrona de Donostia. Esta, como suele ser habitual, estará presidida por el obispo de la Diócesis de San Sebastián, José Ignacio Munilla.
El párroco de Santa María y San Vicente, Felix Garitano, explicó que, como es costumbre, la efigie se colocará a unos dos metros de altura frente al altar. Los asistentes podrán acercarse a ella. No obstante, como estará elevada, no la podrán tocar. Sí que podrán besar las medallas que le colgarán.
No es la única vez que la imagen cambia de emplazamiento. Cada día a las 11.30 horas se celebra una misa en el camarín y la imagen baja por medio de un pequeño elevador. El camarín es una pequeña sala tras el presbiterio, que comparte pared con el nicho en el que se encuentra la virgen. A la citada hora, la efigie desciende y "desaparece de la visión de la iglesia". Entonces, la imagen es girada para que los asistentes a la liturgia puedan contemplarla. Esto permite a los fieles tener una mayor cercanía con la figura. Después, vuelve a ascender hasta su lugar en el nicho.
Bildu anunció ayer que no acudirá a la misa como Gobierno, pese a que los concejales de todas las formaciones con representación en el Ayuntamiento han recibido las invitaciones para asistir. Las mismas fuentes indicaron que al igual que ya ocurrió en la Salve Solemne, algún edil del Ejecutivo podría acudir a título personal.
origen y milagros
Varias teorías
El origen de la efigie es incierto. Hay varias teorías que explican de dónde surge esta figura. Una de ellas habla sobre el municipio de Coro, situado en Venezuela y fundado en 1517. Los navegantes de Donostia que llegaron hasta allí trajeron de aquel municipio su virgen y la llamaron "de Coro". Con el tiempo ese de se convirtió en del. La Guía para visitar los santuarios marianos de los territorios históricos de Álava, Vizcaya y Guipuzkoa considera que esta versión "no es admisible", dado que la efigie donostiarra es "anterior". Otra versión indica que unos marineros donostiarras encontraron la virgen en el mar tras un temporal.
Los autores de la Guía, por su parte, apuestan por la versión que ofrece Adrián de Loyarte, cronista de la ciudad en la primera mitad del siglo XX, en su libro Historia de Nuestra Señora del Coro y las vírgenes donostiarras (1940). En él indica que el origen de la efigie se debe a las "expediciones" que los donostiarras realizaban a Italia. Loyarte afirma que la devoción de la ciudad a esta virgen ya se tenía hace más de cuatro siglos: "Ya el año 1611 la secular devoción donostiarra vestía gloriosamente la milagrosa virgen de mantos riquísimos y muy variados". Loyarte explica que se conserva un registro de un inventario de Santa María del 10 de septiembre de 1611 ya se hablaba de los ocho mantos con los que contaba la figura. Aún así, el cronista calcula su aparición hasta 100 años antes.
Los donostiarras tampoco olvidan el milagro que obró esta imagen el 23 de enero de 1738. Fermín Muñoz Echabeguren recuerda en su obra San Sebastián, origen y desarrollo de una ciudad que en aquella lejana fecha se declaró un incendio en el número 4 de la plaza Nueva -hoy de la Constitución-. El fuego se fue extendiendo y puso en alerta a todos lo ciudadanos, que a duras penas podían mitigarlo. De repente, "a la luz de aquella inmensa hoguera hacía su aparición por un lado de la plaza la Virgen del Coro, conducida en procesión a la casa concejil por el vicario de Santa María". Tras la aparición de la efigie comenzó a llover y frenó el avance del fuego. Tanto fue así que solo dos casas fueron destruidas.
La devoción de los donostiarras hacia la Virgen de Nuestra Señora del Coro no es un asunto baladí. Esta mañana, quien así lo desee, podrá demostrar su adoración en Santa María.