Donostia. En torno al 75% de las trabajadoras de ayuda domiciliaria de la empresa Clece, que desarrolla el servicio mediante una concesión para el Ayuntamiento donostiarra, secundaron ayer el primer paro convocado para reivindicar diferentes mejoras laborales, coincidiendo con la Semana Santa. El representante sindical de ELA, Iñigo Zubeldia, informó ayer sobre el seguimiento de la protesta, que calificó de "éxito", y advirtió de que el próximo 2 de mayo iniciarán una huelga indefinida "si no hay avances" en la negociación que han retomado en los últimos días con los responsables de la empresa.

Las trabajadoras y los representantes de Clece han vuelto a sentarse a la mesa para negociar un nuevo convenio, después de meses de conflictos. De momento, ha habido un cierto acercamiento, de ahí que las empleadas confíen en que es posible seguir avanzando, y evitar así la huelga indefinida.

Zubeldia incidió en que las propuestas presentadas por la empresa suponen "un avance" en el proceso de diálogo, pero "están muy lejos" de las reivindicaciones de las trabajadoras, puesto que no aluden a cuestiones "importantes" como los incrementos salariales o la reducción de los turnos de trabajo, por lo que "no son susceptibles de ser valoradas" como punto de partida para alcanzar un acuerdo.

Ambas partes se reunirán el próximo miércoles y el viernes para retomar la negociación. No obstante, mantienen los paros parciales convocados para el sábado y el martes, en los que se cumplirán con los servicios mínimos -atención a los grandes dependientes, además de ducha, medicamentos y comida para el resto-.

"Hasta que no haya nada por escrito no desconvocamos las huelgas", insistía María Eugenia Pardo, una de las representantes del comité de empresa de Clece. Sin embargo, se muestra esperanzada respecto a que las próximas reuniones podrían facilitar un avance en el proceso, lo suficiente como para desconvocar la huelga indefinida. "Nos falta un último esfuerzo", agregaba Pardo. De esta manera podría concluir el conflicto entre las 400 trabajadoras que prestan el servicio y la empresa Clece. Las profesionales han efectuado varios paros parciales en los últimos meses para reclamar ese desbloqueo del conflicto.

Ayuntamiento El Gobierno local renovó recientemente la adjudicación del servicio a Clece hasta el 31 de diciembre de 2011, aunque anunció que convocaría otro concurso público para volver a adjudicar el servicio y tratará de exigir unas condiciones mínimas para las empleadas.

Según las estimaciones del Consistorio, que ha cuantificado las reivindicaciones económicas planteadas por las trabajadoras, aceptar lo que piden conllevaría un aumento del 40% en la factura del servicio que presta Clece para el Ayuntamiento, y que en 2010 rondó los 7,5 millones de euros anuales. Según concretó ayer el alcalde, Odón Elorza, se trata de "un incremento muy alto, que no podemos asumir de un año para otro".

Pese a que reconoció que los sueldos de las empleadas de Clece son "bajos", el regidor explicó que solucionar este asunto es un tema "complejo". Por el momento, pidió a los sindicatos que cuantifiquen sus peticiones y remitan esa información al Consistorio. Asimismo, apuntó la posibilidad de establecer un calendario para equiparar progresivamente (en un periodo de varios años) los salarios de las empleadas de Clece a los que fija el Convenio provincial de residencias, de cara a un próximo concurso de adjudicación.