orio. ¿Cómo surgió su afición por construir maquetas de barcos?

Soy arrantzale desde que tenía 15 años y de pequeño me gustaba observar como un vecino de mi barrio, Goiko kale, Perona realizaba maquetas de barcos. Me llamaban mucho la atención sus obras. Fue entonces cuando me picó la curiosidad y empecé haciendo barcos pequeños de madera con un cuchillo. Ahora me sirve de entretenimiento porque para un arrantzale, cuando llega el invierno, es bueno tener algo que hacer. Se ha convertido en mi hobby.

Trabaja sin planos, ni dibujos...

Así es. Todo lo hago de memoria. No hago ni dibujos, ni planos, ni tomo medidas... Me guío más o menos conociendo el barco e incluso con fotografías. Antes los construía en mi casa, pero al ser más grandes, trabajo desde hace años en la bodega de la Cofradía con una lijadora. Por las noches, como no se puede meter ruido, aprovecho para pintarlos. Me paso todo el día en el agujero (risas). La verdad es que hay que tener mucha paciencia, pero a mi siempre me ha gustado la carpintería. Incluso cuando en la escuela se rompía una cerradura siempre me llamaban para arreglarla. Me gustaría aprender a tallar para hacer cuadros.

Observo que en el material utilizado también hay mucha imaginación...

Siempre estoy investigando materiales para utilizar. Reciclo de todo. Por ejemplo, la cadena del tapón de un lavabo lo utilizo para simular el corcho de una red de pesca...

¿Recuerda el primer barco que hizo?

Tengo cariño a todos los barcos que he hecho porque todos me han salido del corazón. Tardo un mes en hacerlos y meto muchas horas. Habré hecho unas veinte obras, pero hay una diferencia abismal entre las primeras y las últimas. Aunque recuerdo el primero como si lo hubiese hecho ayer. Se la regalé a mi amigo, el difunto Xixario. Lo hice con un cuchillo y con una lima de madera.

¿Y cuál ha sido su última obra?

El último que he hecho es uno de los que más me gusta. Casi está a escala. Es la maqueta del Ave María de Orio, uno de los barcos más grandes de la localidad. Acabo de terminarlo tras estar nueve meses sin poder hacer nada por una operación en la espalda. Me ha salido el más perfecto de todos, aunque un poco descontrolado en cuanto a tamaño. La gente que lo ha visto se ha quedado sorprendida. El barco donde trabajo yo, el Montserrat Berria de Orio lo realicé el invierno pasado y también le tengo especial cariño. Asimismo, tengo uno del bote que utilizo con mis amigos para ir a coger angulas.

¿Ha ofrecido alguna exposición?

Hace años, en unas fiestas de Orio puse unas cuantas maquetas en el Ayuntamiento, pero ahora sería un lío hacer una exposición. La mayor parte de las obras las tienen amigos o familiares porque las he regalado o han sido un encargo, y no quiero molestar a nadie.

¿Tiene en mente algún barco para construir el próximo invierno?

Ya casi estoy deseando que llegue el invierno para construir otra maqueta. Llevo mucho tiempo detrás de una y mi compañero de trabajo me trajo fotos hace poco. Será el Inmaculada de Mutriku. Y es que la mayoría de la gente que me pide hacerlas está o ha estado unida al mundo de la mar y quiere un recuerdo. Pero algunos tendrán que echar algunos muebles de casa por la ventana para que entren mis obras! (risas).