Donostia. La empresa Sade, propietaria del edificio del Bellas Artes, inició ayer obras para la renovación de las fachadas, que se encuentran en mal estado de conservación tras 27 años sin uso. La reforma pretende evitar que el edificio vuelva a sufrir desprendimientos, como el sucedió a principios del pasado mes de diciembre, cuando cayeron fragmentos de una cornisa, una rotura que, afortunadamente, no afectó a ninguna persona.
Fuentes de la empresa propietaria del edificio vacío manifestaron que la obra será sencilla y que durará "dos o tres días", ya que no constituye una gran intervención, aunque sí es necesaria para la seguridad de los viandantes.
Por otra parte, fuentes municipales explicaron que, tras la caída de trozos de fachada en diciembre, el Consistorio conminó a la empresa a reparar las zonas deterioradas y que, posteriormente, fue la empresa la que presentó un proyecto de reforma, para el que tiene permiso desde el pasado 29 de diciembre.
Mientras aborda los trabajos de reparación, la empresa sigue a la espera de que el Ayuntamiento apruebe el Plan General, algo previsto para comienzos de este año, así como el Plan Especial de Protección del Patrimonio. Ambos documentos determinarán qué es lo que se puede hacer y lo que no en este edificio sin uso, para el que se han barajado distintas opciones en el pasado, aunque todas ellas han chocado con la legalidad vigente que, hasta ahora, impide abrir huecos en las fachadas y modificar el aspecto exterior e interior del inmueble, ya que tiene un alto grado de protección.
La empresa baraja hoy en día "varias ideas" para el edificio, aunque las estudiará con mayor detenimiento cuando sepa qué le permiten las normativas municipales. La idea de instalar un hotel ha sido una de las más repetidas en los últimos tiempos, aunque la propia Sade abrió el nuevo Astoria, por lo que quizás no apueste por una nueva infraestructura hotelera en estos tiempos de crisis.
hotel Hace dos años, el alcalde recordó que la instalación de un hotel podría tener cabida dentro del nuevo Plan Especial de Patrimonio en elaboración. Asimismo, sugirió que el Bellas Artes podría sustituirse por otro edificio de aspecto muy similar aunque con dos pisos más, que lo situaría a la misma altura del inmueble colindante.
El teatro Bellas Artes, que luego fue cine, fue proyectado por el arquitecto Ramón Cortázar, en 1914, tras la construcción de La Perla, que supuso un hito para la ciudad. Constituye una de las imágenes arquitectónicas más queridas por los donostiarras, aunque su modesta calidad, y las normativas vigentes, ha impedido que tenga un uso desde que se cerró la sala de cine, hace 27 años.