Aretha Franklin falleció en el año 2018 a los 76 años a causa del cáncer de páncreas que padecía. La muerte de la recordada artista no tardó en desatar una batalla entre sus herederos por su herencia, estimada en unos 72 millones de euros, que los ha mantenido enfrentados durante más de cinco años. 

La cantante falleció sin dejar ningún testamento oficial en el que dejará organizado el reparto formal de su herencia, aunque sí fueron encontrados unos documentos , en concreto dos, escritos a mano por Franklin y ocultos en su hogar de Detroit. 

EL TESTAMENTO DE ARETHA FRANKLIN QUE ZANJA LA BATALLA POR SU HERENCIA

En la casa que Aretha Franklin poseía en Detroit se encontró un primer documento, fechado en el año 2010, guardado en un cajón bajo llave, y más tarde se halló un segundo documento bajo los cojines de un sofá con fecha del año 2014. Dos documentos que no tienen nada en común entre ellos y que provocaron un conflicto entre los herederos de la artista que se preguntaron cuál de los dos documentos encontrados tendría realmente validez. 

Los documentos no repartían la herencia de Franklin de la misma forma entre sus cuatro hijos, Clarence, Edward, Ted y Kecalf, puesto que nombra a un hijo diferente como albacea en cada uno de los dos documentos, un dato que provocó la disputa entre sus descendientes. 

El documento de 2010 señala a Ted como el gestor del patrimonio de Aretha, mientras que el del 2014 es Kecalf el que figura como albacea, algo que llevo a los dos hermanos a recurrir a la justicia para dilucidar cuál de los escritos tendría validez. 

Ahora, un juzgado de Michigan ha arrojado luz sobre los escritos y el pasado mes de julio concluía que los documentos encontrados bajo el sofá eran válidos y prevalecían sobre el escrito anterior fechado en 2010, a pesar de que este estaba firmado con una carita sonriente y no con la firma de la cantante. 

Teniendo en cuenta el veredicto del juzgado, Kecalf, el hijo menor de la artista, es el gran beneficiario de su herencia, puesto que figura como albacea, al igual que otro de los hijos de Franklin, Edward, que siempre se ha mostrado al lado de su hermano pequeño. 

Kecalf y sus hijos, los únicos nietos de la cantante, se quedarán con la mansión valorada en un millón de euros que Aretha poseía en Bloomfield Hills, además de poder disfrutar también de cuatro coches de alta gama, en concreto, dos Cadillacs, un Mercedes y un Thunderbird descapotable.

Edward, por su parte, recibirá las cuatro propiedades que poseía la artista en el momento de su fallecimiento, Ted se quedará los beneficios de otra vivienda de la cantante que se vendió por 300.000 euros tras su muerte, mientras que Clarence, la mayor de los hermanos, que actualmente sufre una enfermedad mental, tendrá cubiertos todos sus gastos económicos. 

Además, los cuatro compartirán los derechos de autor y los beneficios que genera el catálogo musical de su madre.