Tal como adelantó este medio hace unos días, a lo largo del pasado fin de semana e inicios de la presente, varios cocineros vascos se encuentran en Japón, asistiendo a una serie de actos organizados por la dirección del Hotel Vison de ls Prefectura de Mie, establecimiento hotelero que acoge en su zona comercial la "San Sebastián Street", calle dedicada a la gastronomía y los pintxos donostiarras y que incluye tres réplicas o "Pop-ups" de los restaurantes, Aratz, Casa Urola y Zazpi.
Precisamente fue en el gran salón de actos de este hotel donde se celebró, el pasado domingo 9 de noviembre, el II Congreso de Gastronomía Vasca al que acudieron cantidad de personas relacionadas con la gastronomía y la hostelería de la prefectura de Mie.
El alcalde de la ciudad de Taki, Yukio Kubo, mandatario que ha acudido en múltiples ocasiones a Donostia debido al hermanamiento vigente entre ambas poblaciones, fue el encargado de dar inicio a este congreso en el que tomaron parte los chefs donostiarras Pablo Loureiro, de Casa Urola, Paul Arrillaga de Zazpi y Xabier Zabaleta de Aratz Erretegia que participó no solo desde su condición de chef, sino como presidente de la asociación Jakitea.
Ponencias
Fue precisamente este chef el que arrancó las intervenciones culinarias con una disertación bajo el título "La cultura gastronómica creada por productores y chefs: ejemplos prácticos desde Donostia", seguido de Pablo Loureiro, que se dirigió al público con el tema "Saborear el terruño de Donostia: una filosofía culinaria arraigada en la tierra".
Paul Arrillaga, del restaurante Zazpi, fue el tercero en intervenir con el tema "La cultura del menú prix fixe en Donostia: el placer de elegir dentro de un menú pensado para el comensal".
Además de los tres donostiarras, el congreso contó con las intervenciones de Akira Nakatake, cocinero local y responsable del restaurante de Gastronomía Vasca, Izurun, ubicado en el Hotel Vison y Koji Fukaya, veterano cocinero japonés de la isla de Hokkaido, discípulo de Luis Irizar y responsable de una escuela de cocina y restaurante de cocina vasca convertidos, con el tiempo, en toda una referencia culinaria en el país del sol naciente.
Fukaya relató su experiencia en Euskal Herria, donde residió durante dos años y medio, y confesó que a pesar de que el tiempo vivido en nuestra tierra fue poco, considera que su corazón es "medio japonés, y medio vasco". Prueba de ello es que Fukaya ofrece en su restaurante una gran cantidad de platos dedicados a la gastronomía vasca y ha sido, además, el fundador de la primera sociedad gastronómica de la isla de Hokkaido, creada y gestionada siguiendo el modelo de sociedad donostiarra.
El congreso fue clausurado por el periodista gastronómico responsable de Ondojan.com y colaborador de este diario, Josema Azpeitia, que apoyado en una gran cantidad de imágenes que pusieron los dientes largos a los presentes ofreció, por una parte, un repaso histórico de las circunstancias que, en su opinión, han llevado a Donostia a convertirse en una ciudad gastronómica.
Por otra parte, el legazpiarra hizo una mención de los "peligros" y las actitudes que la podrían hacer, según el periodista, "morir de éxito", y finalizó mencionando a los establecimientos que han abierto sus pequeñas "sucursales" en el lugar donde se celebró el congreso, animándoles a seguir por la senda de la calidad, el producto y la tradición que, de por sí, han sido siempre santo y seña de su labor.
Finalizada la parte teórica del congreso, tuvo lugar una degustación popular de productos, vascos y, al término de la misma, una cena de gala en el restaurante Izurun en la que su chef, Akira Nakatake, ofreció todo un alarde de cocina vasca ante los ponentes del congreso y otras autoridades desplazadas al lugar como el gobernador de la prefectura de Mie, entre otros.
Clases de cocina y otras actividades culinarias
No terminó con esto la actividad gastronómica de los chefs desplazados a Japón. El lunes 10, Xabier Zabaleta se desplazó a la Escuela de cocina Ohka, de la ciudad de Taki, donde ofreció a los alumnos y alumnas de secundaria una clase magistral en la que les enseñó a elaborar albóndigas, además de hablarles de producto local, tradición y sostenibilidad, entre otros temas. Los alumnos siguieron atentamente las explicaciones de Zabaleta y participaron activamente en su exposición realizando no pocas consultas al chef.
Ese mismo día, a lo largo de la tarde, tuvo lugar en el restaurante Izurun una formación sobre sidras, txakoli y vinos vascos de la mano de Xabier Zabaleta, que se encargó, junto con Azpeitia, del servicio de vinos y la teoría acerca de los mismos, y el chef Josi Yamamoto de Osaka, propietario y chef en dicha ciudad de Alarde, restaurante de cocina vasca. Yamamoto es un joven cocinero que en su día se formó en el restaurante Alameda de Hondarribia de la mano de los hermanos Txapartegi, y que hoy en día cuenta con un gran reconocimiento en su tierra.
Yamamoto elaboró cinco pintxos, uno por cada uno de los vinos y sidras, que fueron ofrecidos a los Asistentes.
Segundo congreso de cocina
Finalmente, el día 11, martes, los tres chefs donostiarras volvieron a participar en un segundo congreso, esta vez dedicado a la cocina japonesa e internacional, dirigido por el mencionado Koji Fukaya. En esta ocasión, los cocineros tomaron parte en una mesa redonda en la que se debatieron temas como el producto de temporada, la situación actual de la restauración y la relación entre los productores y los cocineros.
Al término de este congreso, que contó, al igual que el anterior, con una gran asistencia de público, tuvo lugar una cena-cóctel en la que tanto los tres chefs presentes en el hotel, como otros establecimientos invitados, ofrecieron a los presentes diferentes muestras de su cocina. Los afortunados asistentes al evento pudieron así degustar desde pintxos donostiarras hasta especialidades japonesas como sushi recién elaborado ante el público o tempura igualmente recién cocinada. Asimismo los vinos y sidras vascas volvieron a ser los protagonistas de este segundo encuentro.
Los cocineros vascos, que todavía permanecerán por unos días en Japón, se muestran terriblemente satisfechos de la labor realizada y la repercusión conseguida.