El auca es un arte precursor del cómic, una relación de viñetas unidas a pequeños versos que relatan una historia o leyenda. Fue una forma de expresión muy habitual en la Edad Media en Catalunya y Valencia, y generalmente recogía historias de corte épico o religioso. 

A día de hoy, en varios rincones del restaurante All i Oli de Martutene podemos contemplar el Auca del calçot, un cartel que narra, de esta forma legendaria, la historia de esta verdura que es también como una religión para los catalanes, que todos los años repiten el rito de reunirse alrededor de una fogata en la que los brasean (más bien los abrasan) para pelarlos y comerlos con las manos hasta hartarse. Las calçotadas se hacen en masías, al aire libre, y reúnen a grupos de amigos y familias en un ambiente alegre y distendido, una fiesta que se celebra, además, casi paralelamente a nuestra temporada del txotx, aunque obviando el carácter festivo y grupal de ambas tradiciones el contenido y el concepto son muy diferentes.

La temporada del calçot se desarrolla de noviembre a abril y el All i Oli de Martutene nos ofrece la posibilidad de disfrutar aquí de esta experiencia contando para ello, además, con el mejor calçot del mercado, el perteneciente a la Indicación Geográfica Protegida Calçot de Valls, que garantiza que éste ha sido cultivado y recolectado en Tarragona y el Baix Penedès, al borde del Mediterráneo, lo que le confiere un carácter diferenciado debido a la cercanía del mar y el benigno clima del Levante.

Ya han transcurrido doce años desde que el catalán César Barrera y su compañera de fatigas, la donostiarra Arantza Mendioroz, decidieron instalarse aquí tras trabajar juntos varios años en el lugar donde prendió la llama de su amor: el restaurante All i Oli del Vall d’Aran, propiedad de la familia de César. Desde que abrieron su restaurante en Martutene, esta pareja nos ofrece la misma cocina catalana de montaña que ofrecían en Viella, basada principalmente en las verduras, los arroces y las carnes. 

Así, además de los calçots, sólo disponibles en temporada, el resto del año resulta imprescindible degustar los espectaculares Caracoles a la llauna, que llegan a la mesa envueltos en llamas, así como el sabroso Arroz con conejo o el Rossejat, un fideuá tostado y acompañado de sepia, tomate y langostinos. Las parrilladas, de verduras o carnes, son igualmente dos especialidades ineludibles, así como la crema catalana que, sencillamente, la bordan. En este cometido, César y Arantza cuentan con la impagable ayuda de Maite, hermana de Aran-tza, que domina la parrilla con una maestría y habilidad dignas de elogio.

Así pues, en esta temporada de invierno, la opción más original en All i Oli es acudir entre amigos o en familia y disfrutar de una buena calçotada. Incluso, si queremos, podemos hacerlo en pareja o pequeños grupos, y seremos igual de bien recibidos y atendidos.

El menú se inicia con un aperitivo, un rico paté de hígado de conejo, acompañado del jugoso pa amb tomàquet elaborado con buen pan de hogaza y preparado in situ. A continuación son servidos los calçots propiamente dichos, doce por persona, momento en el que los comensales son invitados a vestirse un práctico babero que evita las casi inevitables salpicaduras que conlleva la ingesta de los mismos, que requiere de grandes dosis de habilidad y puntería. En cualquier caso, no sufra por anticipado el lector, ya que César, modélico anfitrión y paciente profesor, ofrece, mesa por mesa, una práctica máster class sobre cómo sujetar y pelar los calçots antes de llevárnoslos al coleto. Tras su intervención, no lo duden, cualquiera es capaz de afrontar el reto con dignidad.

El pantagruélico menú no termina aquí sino que se completa con un trío de butifarras de Balaguer, tres porciones de butifarra negra, butifarra blanca y longaniza acompañadas de monguetes o alubias blancas, y culmina con una exquisita crema catalana que Maite sella en la parrilla antes de ser servida. 

Este excelente menú, que incluye vinos catalanes y una copa de cava por persona se factura a 38 euros, IVA incluido, y si los comensales acuden de miércoles a viernes o el sábado por la noche, siempre que no sea festivo, contarán con un descuento del 18%, con lo que la experiencia se queda en 31,50, un precio, a todas luces, enormemente competitivo. ¿Siguen sin animarse a disfrutar de esta experiencia?