José Luis Mendilibar estaba el pasado marzo en paro, pero la situación desesperada del Sevilla, con la destitución de los entrenadores Julen Lopetegui y Jorge Sampaoli, propició que el vasco recalara en el club por tres meses y que en dos lo haya resucitado colocándolo en la gloria de lograr un título europeo.

Tras un 2-0 encajado en el campo del Getafe en la vigésima sexta jornada, con una clasificación que lo dejaba con 28 puntos, a dos de los puestos del descenso, el club decidió que se acabara la segunda etapa de Sampaoli en el intento de reconducir su rumbo, que motivó que Lopetegui fuera el primer destituido después de haber clasificado al equipo tres años seguidos para la Liga de Campeones.

El 13 de ese abril estaba fijado en el estadio Old Trafford un partido ante el Manchester United, al que llegaba el preparador de Zaldibar con una experiencia europea de dos encuentros, pues se había estrenado en julio de 2005 con el Athletic en la extinta Copa Intertoto, hace ahora casi dieciocho años, cuando, tras acabar su primera etapa en el Eibar –en la que rozó el ascenso–, debutó en la campaña 2005-06 como entrenador en Primera División con el equipo bilbaino.

Ese fue el fugaz paso de Mendilibar por la que era entonces tercera competición europea, pero en esta campaña retomó el camino continental en un partido en el que el Sevilla salió vivo de Mánchester y logró empatar (2-2) en su fase final después de que los ingleses fueran muy superiores.

La vuelta en el Sánchez-Pizjuán fue otra historia y el equipo de Nervión arrolló al United con un 3-0 que lo metió en las semifinales, donde le esperaba otro de los históricos y potentes de Europa, la Juventus de Turín.

La ida fue otra vez de visitante, ahora en la ciudad italiana, donde el Sevilla hizo un gran partido ante el equipo que entrena Massimiliano Allegri y llegó a la prolongación de choque con un 0-1, pero la escuadra piamontesa logró el empat e en la última jugada.  A la semana siguiente, en un partido muy complicado en que el se adelantó la Juventus, empató el Sevilla para forzar la prórroga, que desniveló un tanto del argentino Erik Lamela.

La final estaba servida, y solo faltaba conseguir que el equipo se proclamara heptacampeón, lo que se logró en el Puskas Arena en una agónica final ante la Roma, que se resolvió en la tanda de penaltis tras un empate a uno.

Mendilibar se enfrentará el próximo domingo en Anoeta a la Real, equipo del que es seguidor, con la posibilidad de lograr una séptima plaza que otorga un puesto en la Liga Conferencia, algo que ha quedado en segundo plano porque el Sevilla entrará en la venidera fase de grupos de la Champions, y jugará la Supercopa de Europa el próximo 16 de agosto en Atenas, en el estadio del Olympiacos, el Georgios Karaiskakis, sede de esta edición del partido que reúne al campeón de la Liga Europa y al de la Liga de Campeones, una final esta que disputarán el próximo 10 de junio en Estambul el Manchester City y el Inter de Milán. Uno de los dos equipos le disputará al hispalense ese trofeo y aún no se sabe si Mendilibar estará en el banquillo sevillista.