Xabi Alonso inició con buen pie su andadura como técnico del Bayer Leverkusen. El tolosarra no ha necesitado más que unos días para cambiar la trayectoria de su nuevo equipo, que ayer se impuso por un contundente 4-0 al Schalke y logró así su segunda victoria de esta temporada en la novena jornada de la Bundesliga.

Con la goleada al Schalke, el Leverkusen se sacude un poco la crisis que ha venido atravesando y que llevó al cese del antiguo entrenador Gerardo Seoane.

El Leverkusen salió con un 3-4-3 bastante ofensivo en el que los dos carrileros, Jeremie Frimpong y Mitschel Bakker, funcionaban más como extremos que como laterales.

Sobre todo Frimpong, por la derecha, en sociedad con Mousa Diaby, causaba inquietud permanente en la defensa del Schalke.

La primera llegada, que terminó con un remate de Diaby a la red exterior en el minuto cinco, fue fruto de una combinación entre los dos.

El Leverkusen se apropió de la pelota desde el comienzo, cuando la perdía se mostraba muy activo en el trabajo de recuperación en la mitad contraria y era poco lo que le permitía al Schalke. El dominio del equipo de las aspirinas era claro, pero las ocasiones escasas. Sin embargo el gol llegó, con un remate de zurda de Diaby en el minuto 38. Y en el 48 llegó el segundo, marcado por Frimpong a pase de Diaby en una jugada que había iniciado Callum Hudson-Odoi tras deshacerse de dos contrarios con sendos regates. En el 53, en una jugada de contragolpe, Frimpong marcó el tercero, otra vez a pase de Diaby, y en el 90 Paulinho, que acababa de entrar por Hudson-Odoi, hizo el cuarto. Con la victoria el Leverkusen sale de la zona del descenso directo y se sitúa décimo cuarto con ocho puntos y una nueva imagen.