Osasuna venció de forma cómoda al Cádiz gracias a los tantos de penalti de Chimy Ávila y Kike García para sumar la segunda victoria del curso en dos jornadas que hacen que el equipo navarro comience con muy buen pie la temporada. Osasuna tenía la gran oportunidad de dar un golpe sobre la mesa tras vencer en la jornada inaugural al Sevilla y ayer no desaprovechó la oportunidad de sumar tres nuevos puntos, en un encuentro donde el rojillo Moi Gómez demostró su calidad desde el comienzo con cambios de juego milimétricos, mientras que Rubén Peña no dudó en irse al ataque cuando la situación así lo requería.

Osasuna arreó durante los diez primeros minutos con presión alta para ahogar la salida del Cádiz, quien abusó de balones largos hacia Choco Lozano. El gol se acercaba, pero llegó la pausa de hidratación y ambos entrenadores aprovecharon para ajustar determinados aspectos que no terminaron de gustarles. Una mala salida de Ledesma propició el penalti que dio lugar al 1-0. El meta argentino arrolló a Budimir después de que el croata tocase el balón. Mateu Lahoz no dudó en pitar pena máxima y Chimy Ávila no perdonó en su golpeo.

El choque fue un poco lento durante la primera parte, nada que ver con el segundo comienzo. En el 47 se pudo pasar del 2-0 al 1-1, pero la puntería no sonrió a ninguno de los dos.

El Sadar se convertía en un auténtico coso cuando Aimar paraba el tiempo y escondía el balón con caracoleos ante los olés del público. Rubén Peña, sublime, salvó el gol del Choco Lozano lanzándose abajo para taponar el disparo del delantero, lesionándose por esta acción. Para colmo cadista, Tomás Alarcón fue expulsado en el 76. Dos minutos más tarde, Chust derribó a Kike García dentro del área de manera muy torpe. El ariete conquense no falló y puso el 2-0 desde los once metros.