En momentos como los actuales en los que el euskera y la cultura vasca en general viven tiempos de cierta agitación social, instrumentalización política y controversia judicial –como se comprueba con las distintas sentencias dictadas contra el impulso y normalización de la lengua vasca–, la edición de la Durangoko Azoka que ayer cerró sus puertas ha supuesto un extraordinario estímulo, incrementado ante la evidencia de la importante respuesta dada por la juventud a este evento. El balance ofrecido por la organización de la 58º Azoka respecto a su desarrollo durante estos últimos cinco días es, en este sentido, esperanzador. Ya no es novedad que Landako Gunea se muestre abarrotado de público cada jornada –hasta el punto de que en algunos momentos fue necesaria la restricción del acceso siguiendo el protocolo de aforo– mostrando así que continúa siendo el gran escaparate de la cultura vasca y el lugar de encuentro por excelencia entre los creadores de las distintas disciplinas y el público en general. La respuesta dada por los y las jóvenes, sin embargo, ha sido especial, según los organizadores, que destacan su presencia no solo en los estands, sino en las diversas actividades de una Azoka que califican de “multitudinaria, intensa, llena de creatividad, diversa y participativa”. Que a sus 58 años Durango siga siendo una feria “joven” significa no solo que la Azoka es atractiva para las nuevas generaciones, sino sobre todo que ha sabido adaptarse tanto a los gustos y tendencias de la juventud como a las nuevas formas de creación, generación y producción de contenidos y formatos, soportes y plataformas en los que se consume la cultura a nivel global. La cultura vasca y en concreto la producida en euskera como lengua minorizada y con un importante límite en el número de potenciales consumidores, no puede ser ajena a esta realidad, que está marcando el presente y determina el futuro en todas sus facetas. Asimismo, la presencia en la Azoka de numerosas novedades tanto en los formatos tradicionales de libro y disco como en otros soportes, y la relevancia de sus autores, la mayoría presentes en Landako Gunea, indica la buena salud de la producción cultural en euskera, corroborada por el éxito de ventas durante estos días y que a partir de ahora continuará en 88 librerías de Euskal Herria.