Reporteros Sin Fronteras (RSF) hizo público ayer su informe sobre la información en el mundo e identificó en él las amenazas que afectan al desempeño de un factor central en la consolidación de los sistemas democráticos: la información libre, fiable y accesible. El informe, publicado con motivo del Día Internacional de la Libertad de Prensa, advierte de la creciente intromisión de las estrategias oficiales de propaganda en la manipulación de la información pública. En paralelo, la arbitrariedad con la que se gestionan las nuevas fórmulas de comunicación y redes sociales, que dejan en manos de intereses privados la accesibilidad y el perfil de contenidos que se difunden, promueven o censuran, constituye un factor que facilita manipular las vías de difusión informativa y propician la creación de estados de opinión. La desinformación es ahora mismo una amenaza objetiva por su capacidad de enmascarar la verdad y de alinear un pensamiento visceral y acrítico, herramienta clave del populismo. En este sentido, es reveladora la mejora de la posición en el ranking de libertad de prensa de países como Brasil desde la salida de Jair Bolsonaro de la Presidencia por la reducción de la presión sobre los medios de comunicación y el descenso de las campañas de propaganda desde instituciones oficiales. Pero no es preciso acudir al panorama internacional o al impacto de las herramientas de inteligencia artificial para detectar riesgos. El propio informe constata una caída de cuatro puestos del Estado español cuyo componente principal, al que se añaden las limitaciones económicas, es el impacto de una regulación legal restrictiva. La ley mordaza impacta en la libre acción de los periodistas y conlleva una pérdida de la calidad de la información. El hecho da la medida de la irresponsabilidad en términos democráticos de los partidos que, pudiendo propiciar su reforma, impidieron su tramitación. Y no sólo los partidos promotores de la restricción –PP o Vox– sino otros –EH Bildu y ERC– amparados formalmente en un discurso progresista pero que vetaron su corrección por no cumplir la reforma de PNV, PSOE y Podemos sus demandas en aspectos ajenos a la libre información. Suya es también la corresponsabilidad de que persista esta pérdida de calidad constatada en el informe internacional de RSF.