La pasión por la peluquería es mucho más que un simple oficio. Es una verdadera manifestación artística, una forma de expresión y una fuente de satisfacción personal y profesional que transforma vidas, tanto las de quienes ejercen esta profesión, como en este caso Ziortza González, como las de sus clientes.
Pero volviendo a nuestra protagonista, su pasión ha sido algo que lleva demostrando años. Una larga trayectoria de aprendizaje y de experiencia que fueron los ingredientes esenciales para, hace un tiempo, tomar las riendas de su vida y su profesión y lanzarse a emprender.
Puede que pillara un poco de sorpresa a algunos de las y los clientes que confiaban en Ziortza en otro establecimiento, pero esa magia con las manos y ese buen hacer en forma de confianza y cercanía disiparon el miedo.
Ahora son muchos los que se han mostrado fieles a nuestra protagonista acompañándola en su espacio propio en el mismo centro de Beasain.
“Te ayudo a conseguir tu look perfecto”
Este es el mantra que repite Ziortza a todo aquel que cruza la puerta de un espacio (en la calle Nagusia 32) donde la cuidada decoración es toda una invitación al disfrute y a la desconexión mientras se confía en ella para cambiar de color, atreverse con un corte de pelo nuevo o maquillarse para una cita de lo más especial.
“La peluquería tiene mucho de creatividad, técnica y sensibilidad y cada corte, color o peinado que hago no solo muestra cómo trabajo, sino también mi pasión por entender y realzar la belleza individual de cada persona”, nos cuenta esta madre de dos hijas. La menor de ambas quiere seguir la vena creativa de su ama, pero en su caso en forma de dibujos en la piel con el arte del tatuaje.
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Renovación constante
Uno de los aspectos más fascinantes de esta pasión es la constante evolución de las tendencias y técnicas. La moda y la estética cambian rápidamente, y los profesionales de la peluquería deben mantenerse actualizados, aprendiendo nuevas técnicas, explorando nuevos productos y experimentando con estilos innovadores.
Algo en lo que no duda la dueña de ENIA Ileapaindegia que defiende la formación y renovación constante como parte de su trabajo y como parte de esa demanda que hacen sus clientes; sobre todo los más jóvenes de la localidad que son los que más arriesgan en cuestión de cabello.
“Al final con los clientes creas vínculos de confianza y complicidad. La satisfacción de ver a alguien sonreír, sentirse bien y salir con un cambio que refleja su personalidad y deseo es una recompensa por todo el trabajo y esfuerzo de años”, remarca una orgullosa Ziortza recordando cómo fueron los primeros instantes al emprender.
Miedos hay, cuando se trata de abrir un nuevo negocio y ser el dueño del mismo. Sin embargo, las dudas poco a poco y cada día con trabajo se van disipando. No podía ser de otra manera y Ziortza lo tenía claro: había llegado su momento de volar sola y ahí ha estado y está la Fundación Gaztenpresa de LABORAL KUTXA para mantener viva su pasión.
Una pasión que Ziortza refleja en la dedicación y el esfuerzo que requiere esta profesión y que le lleva a seguir creando e innovando para ayudar a otros a sentirse mejor consigo mismos. Un amor por el arte, la belleza y la conexión humana que se refleja en cada corte, color y peinado que hace.
