MADRID – La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ultima su decisión sobre si aprueba la OPA de BBVA sobre Sabadell en fase 1o la lleva finalmente a fase 2 para un análisis en mayor profundidad que, bajo varios escenarios, exigiría elevarla al Gobierno. El pasado 30 de octubre, un portavoz de la CNMC aseguraba a la agencia Europa Press que el plazo máximo de la primera fase estaba “a punto de terminar”, por lo que decisión se adoptaría “necesariamente en las próximas semanas, a mediados de noviembre”.

De dar su visto bueno, la operación quedaría aprobada en fase 1. En caso contrario, la OPA pasaría a fase 2 y, por tanto, conllevaría un análisis de mayor profundidad que bajo varios escenarios exigiría elevarla al Gobierno. Tal y como se recoge en la Ley de Defensa de la Competencia, el análisis de control de concentraciones se compone de dos fases. En una primera fase, que dura “un máximo de un mes” –sin incluir posibles suspensiones para solicitar, por ejemplo, más información–, se analiza la operación y el consejo de la CNMC decide si la operación debe ser archivada, si es susceptible de ser autorizada (con o sin compromisos) o, si por el contrario, la concentración requiere ser analizada más detalladamente por los problemas de competencia que pueda generar, lo que daría paso a la segunda fase del procedimiento, donde se contempla la participación de terceros interesados en el proceso.

Tras el análisis en segunda fase, la CNMC resolvería si la concentración debe ser autorizada de pleno o autorizada con compromisos. Si los compromisos no fueran suficientes para resolver los problemas de competencia observados, Competencia puede decidir imponer condiciones a la concentración que complementen o sustituyan los compromisos propuestos por la entidad. Finalmente, en caso de que no existan compromisos que resuelvan los problemas de competencia, la CNMC podría prohibir la concentración.

En los supuestos en el que la resolución de la CNMC sea de prohibición o subordinación a compromisos o condiciones, la operación pasaría al Ministerio de Economía que, a su vez, podría elevarla en un plazo de 15 días al Consejo de Ministros. De aprobarse en noviembre y en primera fase, la OPA seguiría el calendario marcado por BBVA, donde se estimaba un tiempo de entre seis y ocho meses para lograr todas las autorizaciones para lanzar la OPA y cerrar la fusión a mediados de 2025. Pero de pasar a segunda fase, la operación que ha planteado BBVA podría alargarse. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, señaló a mediados de octubre que llegar a fase 2 el calendario “se puede extender hasta bien entrado el primer trimestre de 2025”.