Los alquileres sociales de Sareb tendrán previsiblemente “continuidad” más allá de 2027, cuando esta sociedad, creada para dar salida a los activos inmobiliarios de la banca rescatada tras la crisis de 2008, finalice su actividad, ya que el plazo de los contratos, sujetos a la Ley de Arrendamientos Urbanos, así lo determina.

“Habrá un proceso ordenado de asignación de los activos”, explicó Pau Pérez de Acha, director de Vivienda Social Asequible de Sareb, en una entrevista con Efe. Según Acha, dentro de ese marco se decidirá si van a las Administraciones Públicas o a una entidad, en función de su tipología.

“Sareb tiene previsto finalizar su actividad en 2027, pero no va a implosionar ni desaparecer”, recalcó Pérez de Acha, que ha sido director general de Sogeviso, filial del Banco Sabadell, donde desarrolló un porfolio de más de 12.000 viviendas en alquiler junto con un programa de acompañamiento social e inserción laboral destinado a los inquilinos.

Una iniciativa similar a la que ahora dirige en esta sociedad, que se animó a lanzarla por dos motivos. El primero, por el principio de sostenibilidad y de utilidad social incorporado a su mandato en 2022, cuando el Estado, a través del FROB, se convirtió en el accionista mayoritario de Sareb.

Pero también por un tema económico. “No podíamos avanzar en la recuperación del activo porque había una familia vulnerable, pero tampoco teníamos un mecanismo para ordenar esta situación”, dijo Pérez de Acha, quien admitió que a la sociedad le resulta más ventajoso recibir una renta baja –el importe medio mensual es de 190 euros– que tener inmuebles en situación “totalmente alegal”.

Aunque no indicó el porcentaje de activos ocupados heredados por Sareb, Pérez de Acha aseguró que es “bastante estándar” respecto al del resto del sector. De estos, un porcentaje “ínfimo” lo está por motivaciones “más ideológicas o antisistemas, o incluso, por perfiles conflictivos”.

Otros, fundamentalmente vulnerables, han accedido comprando unas llaves o porque el inmueble estaba vacío. Sin embargo, un perfil muy importante lo constituyen familias que habían firmado un alquiler previo con el antiguo promotor. En estos casos, la sociedad estudia los contratos para constatar su validez.

El retrato robot de estos espacios son viviendas “bastante estándar” y “muy utilitarias”, con un valor de unos 90.000 o 100.000 euros, que se estaban construyendo o se finalizaron en 2012.

Las cifras del programa

En dos años, Sareb ha aprobado más de 7.500 alquileres sociales que benefician a unas 23.000 personas. Actualmente, más de 4.000 familias están en el plan de acompañamiento, y cerca de 2.900 personas en el de inserción laboral, con el que se han logrado 230 incorporaciones.

A tenor de los datos proporcionados por la sociedad, los sectores en los que buscan trabajo estas familias son limpieza y mantenimiento (el que más con un 44 %); hostelería y comercio, construcción, y almacenamiento y logística.

De cara a este 2024, Pérez de Acha espera formalizar más de 2.000 nuevos alquileres, y seguir con un “comportamiento muy bueno” tanto desde la perspectiva social como económica.