Madrid – La economía española creció entre julio y septiembre un 0,3%, lo que supone una décima menos que en el trimestre anterior, al tiempo que moderó su tasa interanual dos décimas, desde el 2% del segundo trimestre al 1,8% en el tercero, por la menor aportación de la demanda interna. Según el avance de datos de Contabilidad Nacional publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la actividad económica se vio impulsada en el tercer trimestre del año por el consumo, frente al retroceso de la inversión y de las exportaciones e importaciones.

El Ministerio de Asuntos Económicos destacó en un comunicado que el crecimiento trimestral del PIB en un 0,3% es un “dato muy notable en un contexto de elevada incertidumbre internacional y subida de los tipos de interés”. “Este dato confirma el crecimiento diferencial de la economía española respecto a los principales países de la zona euro y está en línea con las previsiones macroeconómicas incluidas en el Plan Presupuestario”, remarcó. El Departamento que dirige, en funciones, Nadia Calviño subrayó además que el crecimiento del PIB en el tercer trimestre “se apoya en la pujanza de la demanda nacional”, destacando la contribución del consumo privado, que se vio impulsado “por las ganancias de poder adquisitivo y la evolución del empleo”.

El consumo de los hogares creció un 1,4% entre julio y septiembre, cinco décimas más que en el trimestre anterior y su mayor alza trimestral desde el verano de 2022. Por su parte, el gasto público desaceleró un punto su avance trimestral, hasta el 0,6%. La inversión registró un descenso trimestral del 0,4%, en contraste con el aumento del 1,9% del segundo trimestre. Este retroceso fue consecuencia, principalmente, de la caída de la inversión en vivienda en un 2,2%, frente al aumento del 3,5% anterior.

La buena evolución de la demanda estatal en el tercer trimestre contrasta con el comportamiento que tuvo el sector exterior. Las exportaciones bajaron un 4% trimestral y las importaciones mostraron una contracción del 3,1%, ampliando así los retrocesos del 3,3% y del 2,1%, respectivamente, que registraron en el trimestre anterior. De hecho, los del tercer trimestre de este año son los mayores retrocesos trimestrales de estos indicadores desde el segundo trimestre de 2020.

El PIB a precios corrientes se situó en 364.625 millones de euros en el tercer trimestre del año, 2.447 millones más que en el trimestre anterior y nuevo máximo en la serie histórica. En términos interanuales, el PIB a precios corrientes creció un 8,1%, tasa seis décimas inferior a la del segundo trimestre. Por sectores económicos, los servicios fueron el único sector que creció en el tercer trimestre, con un aumento de su valor añadido bruto (VAB) del 0,9% respecto al trimestre precedente. Por contra, la agricultura, industria y construcción mostraron retrocesos trimestrales del 3,4%, del 0,6% y del 0,6%, respectivamente.

En términos interanuales, el PIB creció en el tercer trimestre un 1,8%, frente al 2% del segundo trimestre, registrando así su crecimiento interanual menos pronunciado desde el primer trimestre de 2021. Según Estadística, la demanda estatal aportó 1,7 puntos al crecimiento del PIB interanual en el tercer trimestre, cifra cinco décimas inferior a la del trimestre precedente, mientras que la demanda externa contribuyó con dos décimas, cuatro décimas más.

Los datos

1,4%

Hogares. El consumo de los hogares crece un 1,4% entre julio y septiembre, cinco décimas más que en el trimestre anterior y su mayor alza trimestral desde el verano del año pasado.

-0,2%

Inversión. El gasto público desacelera un punto su avance trimestral, hasta el 0,6%. La inversión, por su parte, pisa el freno y registra un descenso trimestral del 0,4%. Este retroceso es consecuencia, principalmente, de la caída de la inversión en vivienda en un 2,2%.