A pesar de los negros nubarrones que se prodigan en la geopolítica internacional y los conflictos bélicos y de tensión militar que están teniendo lugar en varias zonas del mundo con el efecto negativo que ello puede tener en términos de desaceleración económica, como lo estamos viendo en los últimos meses cinco meses con la caída de las exportaciones de nuestras empresas, sin embargo, la economía vasca está presentando algunos signos de cierta fortaleza que rompen con épocas pasadas, sobre todo desde la pandemia.

Signos de fortaleza

Uno de esos signos es la recuperación del dinamismo emprendedor vasco, que ha caracterizado a este país y que ha dado lugar a un importante tejido empresarial, sobre todo en el segmento de las pymes. En el pasado mes de septiembre, se crearon en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) un total de 1.178 empresas, un registro que no se había producido durante ese periodo en los últimos seis años. Con estas 1.178 nuevas incorporaciones, el número de empresas registradas en la Seguridad Social en Euskadi se eleva a 57.995.

Estos datos recogidos en el reciente Informe sobre la Evolución del Tejido Empresarial en Euskadi que elabora la patronal Confebask y hecho público hace unos días, ponen de relieve la confirmación de una tendencia al alza en la creación de nuevas empresas, ya que respecto a septiembre de 2022, el aumento ha sido del 0,7%, confirmando dos meses consecutivos de incremento interanual y poniendo freno a 14 meses de descenso.

A pesar de ello, todavía se está lejos del número de empresas existentes con anterioridad al Covid-19, -en concreto desde febrero de 2020, cuando comenzó la pandemia-, ya que solo se han podido recuperar el 57% de las firmas desaparecidas durante esta crisis sanitaria y económica. En concreto, el balance desde ese periodo registra un total de 900 empresas menos, lo que significa una caída del 1,5%, que en el caso de Gipuzkoa baja al 0.6% al contabilizar 121 empresas menos.

El aumento del número de empresas se produce en todos los sectores, aunque en términos comparativos con las compañías que había antes de la pandemia, la Industria sigue sin remontar hasta el punto de que registra un negativo 4,6% con 301 firmas menos, mientras que Servicios le falta un 2,1% para alcanzar los niveles previos al Covid-19, al desaparecer 953 empresas. La Construcción es el único sector que presenta valores positivos con un incremento en el número de empresas del 1,4%, lo que se traduce en 70 nuevas compañías.

Esta radiografía positiva en el tejido empresarial vasco, tras los duros años de la pandemia viene a confirmarse también con los datos que recoge el informe Global Entrepeneurship Monitor (GEM) 2022-2023 elaborado por el Observatorio Vasco de Emprendimiento-Euskal Ekintzailetzaren Behatokia (EEB-OVE), en donde el ecosistema emprendedor vasco lidera una vez más, el ránking del Estado con una valoración que supera la media de la Unión Europea (UE) y se sitúa en el tercer lugar por detrás de Países Bajos y Letonia, y presenta posiciones similares con respecto a Estados Unidos.

En el año 2022, la tasa de actividad emprendedora (TEA) de la CAV fue del 5,2%, lo que supone un aumento del 0,3% respecto a la registrada el año pasado y en términos históricos supone una tendencia estable en la recuperación, tras una década de 2010 donde se dieron registros por debajo del 4%.

El dato es importante porque la TEA mide la población, en este caso la vasca, de entre 18 y 64 años que ha estado involucrada en la creación de un nuevo negocio de hasta 3,5 años de vida, lo que pone de relieve la recuperación poco a poco del espíritu emprendedor, tras el periodo negativo de la pandemia.

El Informe GEM de Euskadi, que cada año elaboran la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU), la Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea, junto con una mejora en el impulso innovador y la creación de empleo de los nuevos negocios que se ponen en marcha en este país, resalta unos déficits que pueden lastrar a futuro un mayor impulso de la actividad emprendedora.

Uno de ellos es el miedo al fracaso que todavía persiste entre nuestros emprendedores y que forma parte de manera intrínseca de nuestra propia cultura, en contraposición con la anglosajona donde situaciones como esas no se viven como algo negativo, sino como una fuente de experiencia y oportunidad para intentar poner en marcha nuevos proyectos. El miedo al fracaso, que socialmente está interiorizado en seis de cada diez vascos, es un estigma importante en comparación con otros países del entorno.

Otro elemento negativo es la consolidación del envejecimiento de los emprendedores en Euskadi en la fase inicial de la puesta en marcha de un negocio y que en el año 2022 se situó en los 43 años. Un registro que coloca a la CAV en la primera posición entre los países del entorno en la franja de 35-44 años.

Asimismo, es de destacar que sigue sin decaer la proporción de personas que han iniciado el emprendimiento como una vía para ganarse la vida ante la ausencia de otro trabajo y que alcanza al 69,2%, frente al 32,2% del año 2019. Por el contrario, la creación de riqueza o la posibilidad de generar una renta muy alta supuso un 27,2% en la motivación de los nuevos emprendedores a gran distancia del 34,7% que se registraba en el año 2021 y del 67,7% alcanzado en 2019.

Otro de los índices que dan fortaleza a una economía es el registro de patentes que permite visualizar los niveles de competitividad de las empresas de un territorio en un entorno global cada vez más interconectado, al trasladar la inversión realizada en I+D en forma de nuevos productos en un mercado más exigente.

En este sentido, las empresas vascas lideran el registro de patentes en el Estado, ya que tres de las cinco entidades que más solicitudes presentaron el año pasado en la Oficina Europea de Patentes están ubicadas en Euskadi. En concreto, según datos de un informe realizado por la consultora ABG Intellectual Property, el Autotech Engineering, el sistema de innovación de Gestamp, ha ocupado el tercer lugar, por detrás de Amadeus y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con 25 solicitudes seguida de Tecnalia con 20 y Multiverse Computing, la empresa donostiarra líder en computación cuántica, con 16.

Las empresas y los centros tecnológicos vascos presentaron el año pasado en la Oficina Europea de Patentes un total de 255 solicitudes, lo que supone un aumento del 13,8% y todo un récord histórico. Con algo más de 115 patentes por habitante y año, la CAV se sitúa muy por encima de la media estatal con un total de 40 por habitante y año, a gran distancia de Madrid y Cataluña. Unos datos que corroboran la fortaleza de nuestro tejido empresarial y que deberían de consolidarse en el futuro.