La campaña de pesca de bonito de este año está deparando una sorpresa desagradable para los arrantzales. Y es que la cotización del pescado en primera venta ha caído cerca de un 35% respecto al precio medio de venta registrado el año pasado. Con la mitad de la cuota anual capturada, el valor del atún blanco continúa a la baja y no se esperan subidas en las próximas semanas.

Varios parámetros determinan la rentabilidad de una pesquería. Además de los gastos de explotación y el volumen de capturas, la cotización en primera venta del pescado descargado resulta determinante en la economía de la flota pesquera.

Las embarcaciones de bajura de Bizkaia y Gipuzkoa centran su actividad desde hace más de dos meses en la pesquería de atún blanco-bonito del norte, la campaña más importante del año para los arrantzales vascos. En el capítulo referente a capturas, la pesquería se está desarrollando de manera muy satisfactoria tanto para la flota que faena mediante el empleo de cañas manuales y cebo vivo como para los pesqueros que utilizan el sistema de curricán o cacea. Las descargas se suceden en los puertos de la costa cantábrica y los últimos datos indican que el consumo de la cuota anual de más de 18.000 toneladas se aproxima al 50%.

En este sentido cabe recordar que salvo el año pasado, en las campañas anteriores el gobierno de Madrid decretó el cierre de la pesquería a mediados del mes de agosto tras haberse capturado la cuota anual correspondiente. El stock de atún blanco-bonito del norte goza de buena salud y las campañas de pesca arrojan buenas capturas.

4,18 euros en 2022

En el año 2022 las cerca de 8.000 toneladas de bonito descargadas en las cofradías vascas alcanzaron un valor superior a los 32,5 millones de euros, con un incremento del 12,1% a pesar de haberse recibido un 4,2% menos de pescado que en el 2021. La razón de este aumento en el valor obedece al crecimiento del 17% registrado en la cotización del producto en primera venta. Así, el kilo de bonito descargado en las cofradías de Getaria, Bermeo, Ondarroa, Hondarribia o Pasaia se vendió a una media de 4,18 euros, frente a los 3,57 del año anterior. Con todo, la campaña de bonito del 2022 arrojó unos resultados históricos para la flota vasca de bajura.

La pesquería de este año comenzó con cierta normalidad en cuanto a la cotización del pescado pero muy pronto comenzaron a dispararse las alarmas con el repentino y acusado decremento registrado a las pocas semanas del arranque de la campaña. El precio del bonito ha dibujado una línea descendente hasta alcanzar límites inesperados. Así, estos últimos días, el bonito grande, de más de siete kilos la pieza se ha vendido en Euskadi entre 3,50 y 2,80 euros aproximadamente, en tanto que la cotización de ejemplares de tamaño mediano, de entre 4 y 7 kilos de peso, ha caído hasta los 2,45 euros con el pescado de menos de 4 kilos a 1,50. “Son precios del siglo pasado” exclamaba un veterano arrantzale de Bermeo decepcionado con la cotización alcanzada por el pescado descargado tras diez días de marea. “No recuerdo unos precios tan bajos para el bonito” era otro de los comentarios que se podía escuchar esta semana en los muelles de la localidad costera.

El desplome del precio del pescado ha provocado indignación y preocupación entre los profesionales del sector vasco de bajura. “Llegamos contentos de la mar porque hemos obtenido buenas capturas y nos encontramos con que nos pagan el bonito a precios de hace veinte años. Se te cae el alma a los pies y se te quitan las ganas de volver a salir a la mar” aseguraba enfadado el patrón de un pesquero bermeano que esta semana descargó 23.000 kilos de bonito en la cofradía San Pedro de la villa costera. “A nosotros –añade–nos pagan el pescado mucho más barato pero nuestros gastos no paran de subir. La campaña del bonito es la más importante del año para toda la flota y con estos precios apenas obtenemos rentabilidad de nuestro trabajo”.

Pelágicos franceses e irlandeses

El decremento registrado este año en la cotización del atún blanco-bonito del norte tiene mucho que ver con la delicada situación que atraviesan las empresas conserveras vascas. “Tenemos los almacenes llenos de latas de bonito que no conseguimos vender. Esta es la realidad. El consumidor se fija más en el precio del producto que en su calidad. Prefieren comprar packs baratos de atún de peor calidad que pagar más por el bonito del norte que capturan nuestros arrantzales” explican fuentes del sector conservero vasco. Por otra parte, empresas de otras zonas de la península que habitualmente limitaban su actividad a la elaboración de productos del campo, han entrado en el mercado del atún comercializando conservas elaboradas con pescado procedente del mercado internacional.

Otro factor a tener en cuenta es la competencia que el pescado capturado por embarcaciones de la flota pelágica de Francia e Irlanda representa para el bonito que descarga la flota vasca. Se trata de atún capturado mediante el empleo de redes de arrastre pelágico, sistema de pesca prohibido en el estado español.

“Nosotros capturamos el pescado de uno en uno y lo mimamos a bordo para que llegue en perfectas condiciones a puerto. Los pelágicos franceses e irlandeses descartan mucho bonito que arrojan al agua porque no tiene la calidad mínima para ser comercializado. Bruselas dice apostar por la pesca responsable y el descarte cero pero mira a otro lado con los pelágicos” denuncia otro patrón bermeano.

“Nosotros en la mar –añade– vemos cómo arrojan pescado al agua”. El atún capturado por estos buques franceses e irlandeses irrumpe en el mercado de la península a un precio más barato en lo que representa una competencia desleal con el producto capturado por la flota vasca. “Nos ofrecen pescado capturado por buques pelágicos a un precio bastante más barato y la mayoría de la gente no mira la procedencia del bonito sino al dinero que tiene que pagar” subraya el responsable de la una pescadería vizcaina.