La flota del Cantábrico ha agotado, al cierre de junio, cerca del 18 por ciento de las 18.805 toneladas de pesca disponible este año para la campaña del bonito, lo que supone un ritmo de desembarco "más avanzado" respecto a otras ediciones.

Así lo ha señalado en palabras a EFE el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Santoña (Cantabria), Miguel Fernández, quien ha añadido que, por el momento, los precios de venta en esa lonja han caído "una media de 0,80 euros/kilo" respecto a 2022.

"Comenzaron muy bien con los primeros bonitos de temporada a mediados de junio, pero fue una pequeña ilusión", ha afirmado.

En ese puerto, uno de los principales del norte del Estado español por volumen de venta, se está despachando el bonito grande en algo más de 4,00 euros/kilo, mientras que el mediano se mueve en la horquilla de 3,20 a 2,80/kilo.

Esta mañana se han desembarcado en Santoña algo más de 32.000 kilos, por lo que el global registrado allí hasta el momento asciende a unos 222.000 kilos.

Con este ritmo de capturas y sin querer pronosticar una fecha concreta, Fernández barrunta que en octubre pueda agotarse la costera de un bonito que ya fluye por el Cantábrico.

Si en términos generales la campaña está siendo aceptable para la flota de vivero que, además, retorna de una costera "extraordinaria" de bocarte (anchoa), para el otro segmento de bajura, como son las artes fijas, la situación es "más delicada" porque la pesca de la caballa (verdel) fue "muy mala".

"Este arte no ha capturado ni el 45 por ciento de la cuota asignada a Cantabria para esa especie", ha matizado el patrón mayor de Santoña, por lo que, en su opinión, este año "la flota de cerco va en popa y artes fijas sin viento".

Por ello, ha abogado por respaldar más a este sector que se encuentra en la "cuerda floja" y que deposita en el bonito su última "ilusión" para maquillar las cifras de la temporada.

Para los buques de vivero, la costera del bonito no ha hecho nada más que comenzar y supone la tercera gran cita de la temporada en el Cantábrico.