El viceconsejero de Infraestructuras y Transportes del Gobierno Vasco, Pedro Marco de la Peña, aseguró ayer en la presentación del Plan Estratégico del Cluster vasco de la Construcción 2023-2026 que los precios de los materiales para la construcción “han venido para quedarse y no van a bajar”.

Pedro Marco de la Peña expuso en su intervención el contexto de altos precios de materias primas por la inflación y de subida de tipos de interés en el que, a su juicio, va a tener que desenvolverse el nuevo Plan Estratégico 2023-2026 del Cluster de la Construcción, que agrupa ya a 141 entidades tanto públicas como privadas.

“Venimos de una pandemia, de una crisis energética sin parangón y de una crisis de gestión de materiales importante que ha hecho que los costes de materiales se hayan quedado y, por lo tanto, los precios no van a bajar”, aseguró.

Asimismo indicó que “el contexto inflacionista va a generar dos efectos no deseados: uno, en el ámbito privado, que es que las empresas endeudadas van a tener problemas y esperemos que sean capaces de gestionarlos cuanto antes”.

“Y dos, en el ámbito institucional –añadió– las reglas de gasto que vienen el próximo año indican que, por mucho dinero que tengamos ahorrado, sólo nos van a dejar gastar 102,6 millones de euros de cada 100 millones de impuestos que ingresemos; es decir el 2,6% más de lo ingresado en impuestos, aunque tengamos mucho remanente”.

El presidente del cluster, Alberto Marín Sánchez, y su director, Jon Ansoleaga Ugarte, desgranaron por su parte las líneas y objetivos del Plan Estratégico, que si en los cuatro años anteriores estuvo centrado en la innovación, en esta ocasión manejará tres pilares: la sostenibilidad, la industrialización y la digitalización.

El Plan Estratégico 2023-2026 indica que la industria de la construcción “muestra un gran potencial de crecimiento y capacidad de resiliencia a pesar del impacto que suponen las variaciones constantes en la economía, causadas por la incertidumbre de la geopolítica internacional” y que en Euskadi creció un 6,83% y representa el 4,95% del total del PIB de Euskadi (datos de 2021).