Más creación de empleo y mayor crecimiento del PIB. El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha presentado esta mañana las directrices presupuestarias del último curso de la legislatura, marcada por continuos sobresaltos y por la capacidad de resistencia de la economía vasca. “Estos presupuestos son garantía de futuro”, ha afirmado Azpiazu, quien ha mostrado cierto optimismo de cara a la evolución del PIB en la segunda mitad de este año.

De hecho, el escenario macroeconómico sobre el que se basan las directrices contempla una revisión al alza de una décima de la previsión de crecimiento de la economía vasca, de forma que en 2023 se sitúa en el 1,6%. “La recuperación de las economías desarrolladas está sorprendiendo por su alto contenido en empleo y Euskadi no es una excepción”, ha añadido el consejero.

En el capítulo del mercado laboral, según los nuevos cálculos del Gobierno, el tejido productivo vasco creará este año 11.000 puestos de trabajo, mil más de lo que se estimaba en marzo. El salto es mayor de cara a 2024, cuando las empresas generarán 16.000 empleos frente a los 10.000 inicialmente previstos. La tasa de paro en 2023 será del 8,2% y en 2024 del 7,5%. De momento, la previsión del PIB para el próximo año se mantiene en el 2,1%. Con todo, Azpiazu ha recordado que, aunque las empresas cuentan con el respaldo de los fondo UE Next Generation para su transformación, también se enfrentan al encarecimiento de la financiación derivada de la subida de tipos de interés.

A la espera de conocer los recursos disponibles y de afinar el reparto, el espíritu de los próximos Presupuestos de Euskadi ya está definido y centrado en tres grandes bloques: Afianzar la recuperación del tejido productivo tras el paso del covid y en medio de la incertidumbre global, garantizar el desarrollo económico sostenible y el empleo de calidad y, por último, asegurar el bienestar de los ciudadanos a través de "potentes" políticas sociales.

Solidez financiera

Azpiazu ha recordado que no se ha desactivado todavía la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad, el mecanismo que permite a las administraciones incumplir el objetivo de déficit para impulsar la economía. Euskadi tendrá que negociar con el Estado su senda de déficit y deuda cuando se cierre esa puerta, pero "aprovechará al máximo los márgenes de flexibilidad presupuestaria hasta ese momento". Lo hará además con el apoyo de su solidez financiera -la CAV es una de las tres comunidades con superávit en el primer trimestre- y siguiendo el patrón que le ha permitido llegar a ese escenario de fortaleza.

"La sostenibilidad de las finanzas públicas es uno de los grandes retos que tenemos como Gobierno, ya que tendremos que ser capaces de compaginar la consolidación fiscal con las colosales necesidades de inversión que son necesarias para adaptar tejido económico y social a las exigencias de la lucha contra el cambio climático, para renovar las infraestructuras sociales e impulsar el potencial de crecimiento económico en base al conocimiento, la tecnología y la innovación", ha subrayado el consejero de Economía y Hacienda.

El Gobierno vasco y las diputaciones fijarán a mediados de octubre la base de todos los presupuestos públicos de la CAV con la previsión de recaudación del próximo año. Las haciendas forales están ingresando este ejercicio más de lo esperado y avanzan hacia un nuevo récord. De modo que las administraciones dispondrán en 2024 de más recursos que nunca y el Gobierno vasco ya ha definido con precisión de tiralíneas sus prioridades.

Prioridades del presupuesto

Desde el punto de vista social, el Ejecutivo "seguirá impulsando actuaciones dirigidas a fortalecer el sistema de protección social, los servicios sociales y los servicios públicos esenciales de sanidad, educación y dependencia, avanzando además en la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres". Además, en este presupuesto se "pone el foco de atención en la juventud prestando una atención integral para facilitar sus procesos de emancipación como vía principal para abordar el reto demográfico.

En este sentido, se invertirá en políticas que persigan la emancipación de personas jóvenes y construcción de familias, desplegando políticas de vivienda, empleo, educación, entre otras". La inversión en salud será otra de las claves.

Euskadi avanza además hacia un modelo educativo "adaptado a los retos de futuro". "Los grandes desafíos en torno al cambio climático, la revolución tecnológica y los cambios sociodemográficos, exigen adaptar nuestro sistema educativo para dotar al alumnado no sólo de las competencias digitales y tecnológicas exigidas, sino también del pensamiento crítico, la creatividad y la formación humanista", ha destacado el Ejecutivo.

Ligado a la educación, el presupuesto 2024 potenciará la creación de oportunidades de empleo para todas las personas y se definirán un conjunto de estrategias específicas para la mejora de las cualificaciones en nichos de empleo particulares y para establecer una alianza intergeneracional y contra la segregación laboral por género. Se implantará, a su vez, un programa nuevo de fomento de la contratación de mayores de 50 años.

El apoyo al sector industrial será otro de los ejes. En esta línea se reforzarán las líneas de ayudas a las empresas para inversión en I+D+i y las transiciones digital y energética. Otros aspectos contemplados en las directrices son el avance en la articulación de un sistema de movilidad sostenible y en el despliegue de la Agenda Urbana de Euskadi, hacia ciudades sostenibles.

Además, los Presupuestos vascos del próximo año "impulsarán de forma firme las energías renovables", dentro de la dinámica de acelerar la puesta en marcha de proyectos que garanticen "de manera urgente" un abastecimiento "con fuentes energéticas autóctonas y renovables". Asimismo, el Gobierno vasco profundizará en la estrategia vasca de investigación energética como palanca para incentivar el tejido empresarial y el empleo, potenciando el posicionamiento en el ámbito de las cadenas de valor de la energía en las que Euskadi tiene un gran potencial tecnológico e industrial.