Uno de los grandes retos de las empresas es avanzar en la cultura preventiva para evitar los accidente de trabajo y las enfermedades profesionales, consiguiendo de esta manera mejorar la salud, además del bienestar del trabajador. Para IMQ Prevención el ámbito de la Vigilancia de la Salud es una línea de trabajo estratégica en la que compartir responsabilidades entre las empresas, los trabajadores y los servicios de prevención es una tarea imprescindible en aras a conseguir “trabajar de forma segura”.

La cultura preventiva o cultura de la seguridad es el compromiso por la seguridad, la promoción de la salud y el bienestar de todos los empleados de una empresa. En el contexto laboral es un término que ha empezado a tomar importancia entre directores generales, de recursos humanos y de prevención, ya que supone la resolución de muchas de las problemáticas entorno a la seguridad, salud y bienestar de las organizaciones.

La puesta en marcha de una vigilancia de la salud adecuada debe posibilitar que se identifiquen los efectos adversos del trabajo sobre el bienestar físico, mental y social para evitar la progresión hacia un daño para la salud de las personas. Tal y como explica Enrique Astaburuaga, director médico de IMQ Prevención, “tenemos que asegurarnos de que esos riesgos a lo largo de la vida laboral del trabajador no influyan en su salud y en su bienestar”.

Resumiendo, existe una ruta específica a la hora de abordar esta tarea por parte de los servicios de prevención. En primer lugar, el área técnica realiza una valoración de riesgos a los que están expuestos los trabajadores y en base a ello se diseña la planificación de actividades en vigilancia de la salud. A continuación, se determinan los protocolos de actuación para cada puesto de trabajo y las medidas a tomar, entre las que se encuentran, dentro de lo que llamamos vigilancia de la salud individual, los exámenes de salud de cada empleado. 

A posteriori se realizan los reconocimientos médicos, extendiendo las recomendaciones o limitaciones a cada trabajador para su puesto de trabajo. “Intentamos trasladar la importancia que tienen estas recomendaciones para proteger al trabajador, porque debemos estar atentos a cualquier patología o enfermedad que aflore en el trabajador derivada de la exposición de riesgos en su puesto de trabajo. De hecho, estamos obligados a informar a la autoridad laboral y comunicar todas las enfermedades que afloremos en los exámenes de salud”, detalla Astaburuaga. Es necesario referirse, a su vez, a la vigilancia de la salud colectiva como parte indivisible e importante de la vigilancia de la salud, ello implica recoger información sobre riesgos, condiciones de trabajo, etc… analizando y modificando en su caso estos parámetros evitando y o mejorando los mismos. 

Más que reconocimiento médicos

El fin último de los servicios de prevención es preservar la salud de los trabajadores y favorecer su bienestar, algo que no todos los trabajadores ni las empresas han interiorizado aún. “La Vigilancia de la Salud es más que realizar un mero reconocimiento médico. Somos especialistas en Medicina del Trabajo y nuestra actividad es mucho más amplia”, matiza el director médico. 

A la hora de avanzar en la cultura preventiva, es fundamental que tanto las empresas como los trabajadores conozcan los servicios de prevención. “Todavía hay cierto desconocimiento; se nos sigue relacionando con las mutuas y creyendo que los reconocimientos médicos son generalistas. Nuestra función va mucho más allá y es bueno que haya un diálogo social para crear una cultura preventiva positiva en la seguridad y salud, y todos los agentes sociales y empresariales deben participar en la gestión de la prevención de riesgos”. constata el director médico.

“Interiorizar la condición preventiva por parte de los trabajadores sigue siendo una asignatura pendiente”

Formación continua 

Interiorizar la condición preventiva por parte de los trabajadores sigue siendo una asignatura pendiente. En opinión de Astaburuaga, “tenemos tener claro que el trabajo no nos debe de dañar e, incluso, debemos llegar más a allá y tratar de trabajar en unas condiciones de bienestar”.

Conviene recordar la necesidad de formar constantemente a los empleados en diferentes ámbitos de la prevención. En este sentido, desde el área de Vigilancia de la Salud de IMQ Prevención imparten cursos sobre en primeros auxilios, uso y manejo de desfibrilador, higiene y cuidados de la voz, deshabituación tabáquica, manipulación de pacientes, al tiempo que extienden su actuación mediante campañas de vacunación, nutrición, protección de riesgo cardiovascular o implantación del protocolo de actuación ante adicciones.

Prestigio tras la pandemia

La pandemia ha obligado a coordinar el trabajo de los servicios de prevención con la autoridad laboral competente, lo cual ha favorecido la colaboración entre las partes. “Hemos tenido que gestionar el seguimiento de los contactos estrechos, la solicitud de pruebas o gestionar las situaciones de IT valoración de personal vulnerable, cuestiones que hasta la fecha no entraban en nuestros cometidos. Creo que las empresas han apreciado nuestro trabajo y que la pandemia, en general, ha servido para prestigiarnos”, concluye.

“Creo que las empresas han apreciado nuestro trabajo y que la pandemia, en general, nos ha prestigiado”