- A pesar de que no se ha agotado todo el presupuesto este año, el Gobierno Vasco se ha endeudado en 3.3257,7 millones en los últimos dos años, el ciclo del covid. Las previsiones se vieron desbordadas en 2020, cuando estaba previsto iniciar el proceso de reducción de la deuda con una sensible rebaja en las emisiones.

En concreto, las cuentas del año pasado establecían un límite de 886 millones, pero las necesidades generadas por la pandemia obligaron a superar los 2.000 millones. Es el récord del Gobierno Vasco, que no tuvo que ir tan lejos durante la crisis financiera. Entonces el listón se elevó hasta casi los 1.900 millones en 2010 y durante diez años la deuda contraida anualmente no bajó de los 1.000 millones. Fue precisamente en 2019 cuando se inició el proceso de normalización, frustrado por el covid.

La Comisión Europea ha anulado las reglas fiscales hasta 2023 y eso ha permitido que todas las administraciones pongan a trabajar intensamente la maquinaria de la deuda. Sin embargo, el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ya advirtió a mediados de octubre en una comparecencia parlamentaria que la etapa toca a su fin. Los presupuestos de 2022, salvo que la batalla contra el coronavirus persista y obligue a mantener las actual flexibilidad en el déficit y la deuda, serán los últimos que recurran al endeudamiento como vía alternativa de financiación.

Azpiazu aseguró en el Parlamento que a partir de 2023 habrá que “adaptarse a la normalidad”, que en el caso de Euskadi pasa por recurrir a las emisiones de deuda y a los créditos bancarios de forma muy residual. Si se toman como referencia 2007 y 2008, los años previos al estallido de la crisis financiera, el límite rondaría los 200 millones.

Esa prudencia en la política de endeudamiento permite que Euskadi sea la comunidad con menos deuda en relación al PIB y que esté preparada para elevar el ritmo en situaciones críticas sin poner en riesgo su salud financiera.