- La startup donostiarra Linqcase es un buen ejemplo de que en Euskadi existe un movimiento emprendedor con una fuerte base tecnológica que con el apoyo como el ofrecido por EIT Manufacturing puede situar al territorio en la vanguardia de la innovación.

Su producto puede resultar muy efectivo en el sector industrial, al que le permite un importante ahorro de costes. El director de Linqcase, Ibon Iribarren, explica que en esta actividad las piezas pueden salir defectuosas y, hasta el momento, la única manera de comprobarlo es cortándolas y analizando qué ha ocurrido, con las consiguientes pérdidas por el achatarramiento y el desecho de material.

La propuesta de Linqcase se basa en una tecnología de inspección no destructiva electromagnética que facilita a las empresas realizar las verificaciones sin necesidad de romper ninguna pieza.

“Nosotros veníamos del sector de la automoción y vimos que hay muchas soluciones para fabricar, pero en el control de calidad existen muchos huecos”, destaca Iribarren, quien en octubre de 2018 se decidió a crear junto con otros tres compañeros la startup.

Para ello, según explica, se pusieron en contacto con Ceit, que dispone de la tecnología para verificar las piezas sin necesidad de destruirlas. El centro tecnológico de Donostia “no está para hacer máquinas, y nosotros somos buenos industrializadores”, señala Iribarren para constatar los beneficios de esta relación, que contempla la exclusividad de la licencia de esta tecnología.

Además de la comprobación de la pieza sin desecharla, Linqcase permite reducir a cero el porcentaje de piezas que son defectuosas en los diferentes procesos industriales y dispone de una solución que automatiza la entrega de materiales dentro de la planta, lo que elimina la necesidad de parar una línea porque no se ha previsto la falta de material, tal y como explica Iribarren.

El director de Linqcase relata que, con la empresa ya constituida, decidieron participar en la iniciativa de EIT Manufacturing, de quien afirma que “nos ha acompañado de manera intensa” al facilitarles el acceso a otros mercados al margen de la automoción, donde ya tienen una larga experiencia.

“La relación ha sido muy buena y fluida en los ámbitos que nosotros necesitábamos reforzar”, señala Iribarren, quien aventura la posibilidad de “seguir colaborando con otros formatos, estaríamos encantados de hacerlo” porque, según asegura, “nos ha dado velocidad y llegar a conclusiones más rápido”.

Linqcase confía en duplicar este año sus 250.000 euros de facturación del pasado ejercicio y ampliar la plantilla actual de siete personas, con el lanzamiento de nuevas líneas de inspección y su expansión a Europa occidental y Norteamérica.