- Euskadi cerró 2020 con un saldo presupuestario, que contempla la diferencia entre ingresos y gastos, del -1,1% del PIB, y se sitúa por tanto entre las ocho comunidades autónomas que han terminado el año de la pandemia en negativo.

En conjunto, las autonomías han cerrado 2020 con un saldo presupuestario del -0,2% del PIB, lo que supone una mejora de cuatro décimas respecto a 2019 y el mejor dato de los últimos 15 años.

La Comunidad Autónoma Vasca sin embargo figura entre las tres autonomías con peores datos, por detrás de la Valenciana (-1,2%) y a la par que Murcia (-1,1%).

Así lo refleja el informe titulado “El saldo estructural de las CCAA, 2018-2020”, presentado ayer por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que alerta de que el dato de 2020 de las comunidades está “maquillado” por las mayores transferencias recibidas por parte de la Administración central a través del Fondo Covid-19 (15.950 millones) y los mayores recursos del sistema de financiación autonómica (7.724 millones).

Por ello, el informe, elaborado por los economistas Carmen Marín y Manuel Díaz, sostiene que el saldo estructural (en ausencia del ciclo económico y sin gastos ni ingresos extraordinarios) de 2020 ha sido realmente del -1% del PIB, lo que representa un empeoramiento de cinco décimas respecto a 2019.

El saldo presupuestario conjunto de las administraciones públicas se ha deteriorado de manera importante con el covid debido a que el Estado central ha asumido parte del déficit de las comunidades por lo que ha cerrado 2020 con el -10,97% del PIB.