uando en Euskadi estamos asistiendo últimamente a la pérdida del centro de decisión de muchas de nuestras empresas, algunas de ellas estratégicas para poder afrontar de manera eficiente el cambio tecnológico de nuestra industria hacia la digitalización, resulta reconfortante ver como otras compañías no solo siguen ancladas en este país, sino que anuncian cambios para garantizar y afrontar de la manera más eficiente posible su futuro y los grandes retos que tienen por delante en un mundo globalizado cada vez más competitivo y exigente.

Este es el caso de CAF que, a partir del próximo uno de septiembre, afronta un cambio en su dirección con el nombramiento como consejero delegado de Javier Martínez Ojinaga, licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto, quien asumirá las funciones ejecutivas que hasta ahora ostentaba Andrés Arizkorreta desde la presidencia de la compañía. Arizkorreta seguirá en el cargo de presidente de CAF velando por el crecimiento, la rentabilidad y la sostenibilidad de una empresa que es un referente mundial en la movilidad de las personas, tanto en lo que se refiere al medio ferroviario como al autobús.

Este cambio que se ha hecho de manera sosegada y ordenada responde a los estándares de buen gobierno que aplican las grandes compañías internacionales, donde se separan las funciones de la presidencia -que debe velar en todo momento por la buena marcha y la sostenibilidad de la compañía y responder a los intereses de sus accionistas-, de las labores estrictamente ejecutivas.

De esta forma, CAF rescata la figura de consejero delegado que desapareció en 2015, cuando Andrés Arizkorreta asumió la presidencia de la compañía manteniendo las labores ejecutivas que tenía como consejero delegado, tras la jubilación de José María Baztarrica, con lo que en los últimos seis años ha venido compatibilizando los dos cargos.

La figura de Andrés Arizkorreta está íntimamente ligada a la historia reciente de CAF, ya que toda su vida profesional la ha desarrollado en la compañía beasaindarra cuando entró hace ya 41 años, en un momento en el que comenzaron a fijarse los cimientos de la gran empresa que es hoy, con presencia en todo el mundo y con un portafolio de productos que abarca todos los sistemas de movilidad desde el ferrocarril, pasando por el metro y el tranvía, hasta el autobús, anticipándose al período de transición ecológica en la que nos encontramos. Arizkorreta lleva desde el año 1991, como máximo directivo ejecutivo de la compañía, perteneciendo al consejo de administración de la misma, primero como director general y, posteriormente, como consejero delegado.

Javier Martínez Ojinaga es un hombre de la "casa", que conoce muy bien los entresijos y el alma de la compañía al haber pertenecido desde el año 2015 al consejo de administración de CAF, donde ha sido presidente de la comisión de Auditoría y, posteriormente, consejero coordinador, que es el cargo que ocupa en la actualidad. Llegó a CAF como consultor externo tras haber desarrollado su labor profesional en corporaciones y empresas tan importantes como la extinta IBV, Grupo Ormazabal o la cooperativa Danobat.

El nuevo consejero delegado deberá afrontar desde su responsabilidad ejecutiva las nuevas oportunidades de crecimiento que existen en un mercado que registra una tendencia al alza muy importante por la recuperación que se está produciendo en muchos países del transporte ferroviario y la apuesta por el autobús eléctrico en las grandes ciudades. En estos nichos de mercado, CAF está muy bien posicionada con productos que responden a todas las necesidades que plantea la sostenibilidad y la protección del medio ambiente.

Martínez Ojinaga asume la gestión de una empresa bien administrada que ha hecho que el ejercicio de 2021 haya arrancado con mucho brío, al obtener en el primer trimestre unos resultados netos de 17 millones, un 153% respecto al mismo periodo del año pasado, y una cartera de pedidos que se encuentra en niveles históricos y que totalizan los 9.226 millones de euros, de los que 703 millones proceden de la filial Solaris, el fabricante de autobuses que se está consolidando como uno de los pilares fundamentales de la compañía.

Entre los retos que tiene en cartera está la consolidación de CAF en Francia, donde ha entrado con un buen pie, tras adjudicarse dos contratos muy relevantes en pugna con la compañía francesa Alstom, lo que le asienta como fabricante de referencia en el mercado galo, el crecimiento en países como México e India y la entrada en Alemania con proyectos potentes. Por delante, y en el corto plazo, está la apuesta de CAF por el tren propulsado por hidrógeno cuyas primeras pruebas están previstas para el verano del año 2022.

Y mientras, por un lado, vemos empresas que están poniendo los instrumentos necesarios para consolidar su futuro y preocupadas en traer la mayor carga de trabajo a sus plantas productivas en Euskadi, por el otro, seguimos asistiendo a la sangría continuada de pérdida de centros de decisión de compañías vascas, sin que desde el plano institucional y empresarial se hayan puesto en marcha las herramientas pertinentes para, cuando menos, paliar esta deriva que parece no tener fin.

En esta ocasión no es que se haya producido una nueva venta de una empresa vasca a inversores industriales o fondos de inversión exteriores, sino que hemos sido los convidados de piedra de una operación de adquisición en la que de un día para otro, Ikor, una compañía radicada en Donostia y dedicada a la fabricación de circuitos electrónicos, ha pasado de ser propiedad alemana a formar parte de un grupo belga, dedicado a también a la producción de productos electrónicos.

En el año 2016, el grupo alemán EBM-PAPST, dedicado a la fabricación de ventiladores y motores, tomó una participación mayoritaria en Ikor cautivado por el alto nivel de I+D que desarrollaba, sin que, al parecer sus expectativas se hayan podido materializar durante este tiempo, a lo que hay que añadir algunos problemas de carácter interno surgidos cuando en 2019, se hizo con el control total de la compañía. De momento, no sabemos los planes que el nuevo propietario, el belga Connect Group tiene sobre Ikor, que cuenta con una planta en Donostia y otras dos en México y China, respectivamente. Suma y sigue€

Martínez Ojinaga es un hombre de la "casa", que conoce muy bien los entresijos y el alma de CAF al haber pertenecido desde el año 2015 a su consejo de administración