- El Fondo Monetario Internacional (FMI) propuso ayer que los países impongan un impuesto “temporal” a las rentas más altas y a los ricos destinado a financiar las necesidades relacionadas con la pandemia y con la crisis que conlleva, que ha provocado el aumento generalizado de los niveles de déficit y de deuda.

“Para ayudar a hacer frente a las necesidades de financiación relacionadas con la pandemia, las autoridades podrían considerar un contribución temporal para la recuperación poscovid aplicada sobre las rentas altas y la riqueza”, señaló Vitor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI.

Este fondo, agregó, encauzaría los recursos necesitados para mejorar el acceso a los servicios básicos y asegurar las redes de seguridad social, entre otros.

Gaspar reconoció que “las desigualdades preexistentes han amplificado el impacto adverso de la pandemia y, a la vez, el covid-19 ha agravado las desigualdades”, lo que supone “un círculo vicioso de desigualdad que podría dar lugar a un quiebre social y político”.

El nuevo informe Vigilancia fiscal del FMI destaca que el enorme apoyo fiscal desplegado por las autoridades ha evitado recesiones más graves y mayores pérdidas de empleo.

No obstante, advierte de que el déficit y la deuda públicas se han disparado a niveles sin precedentes.

En general, la media de déficit respecto al PIB en 2020 alcanzó el 11,7% en 2020 en las economías avanzadas, el 9,8% para los países emergentes y el 5,5% para los de bajos ingresos.

El FMI presentó el informe en el marco de la asamblea de primavera que celebra virtualmente de manera conjunta con el Banco Mundial, y donde elevó las previsiones de crecimiento económico global al 6%, frente al 5,5% anticipado tres meses atrás aupado por el repunte de China y Estados Unidos.

Por su parte, el subdirector del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, Paulo Mauro, subrayó la necesidad de obtener ingresos fiscales adicionales para cubrir el gasto sanitario, en educación y en redes sociales de protección, añadiendo que los países deberán abordar este problema de diferentes formas. Mauro apuntó que en las economías avanzadas existe la oportunidad de revertir algo de esa erosión fiscal mediante la introducción de medidas en el impuesto de sociedades o sobre otros impuestos como el de la renta, los impuestos sobre el patrimonio o sucesiones, así como cerrando lagunas fiscales. “Hay muchas opciones disponibles”, señaló.

En este sentido, el funcionario del FMI aseguró que una opción específica sería “una contribución para la recuperación del covid-19 que podría tomar la forma de un suplemento en el impuesto de la renta o en el impuesto de sociedades, dado que algunas empresas lo han hecho muy bien en cuanto a su valoración de mercado y ahí habría una oportunidad”.

El FMI también valoró la capacidad fiscal de los Estados para rescatar a sus ciudadanos y empresas, y propiciar una recuperación más rápida. Destacó el Fondo que, para escapar de la recesión causada por el virus entre el estallido de la crisis y 2022, los países ricos habrán desplegado medidas de gasto fiscal equivalentes al 16% de su PIB, frente al 4% de los países emergentes y al 2% de los países de renta baja.

El FMI llamó a los países avanzados a “dejar de lado los controles a las exportaciones” y asegurar que las “vacunas excedentes lleguen a los países pobres” para dejar atrás lo antes posible la crisis por la pandemia.

“Hay que aumentar la producción y distribución de las vacunas y dejar de lado los controles a las exportaciones. También significa financiar completamente la herramienta Covax (para la distribución equitativa de vacunas) y asegurar que las vacunas sobrantes son transferidas a los países pobres”, afirmó la directora Kristalina Georgieva. También destacó que “la política de vacunación es política económica”, a la vez que expresó la “urgencia” para que “las vacunas lleguen a todos en todos los sitios”.

Si en Estados Unidos se prevé que el 90% de la población esté vacunada en verano, y en Europa ocurra lo mismo para otoño, en regiones como América Latina se deberá esperar a 2022 para alcanzar un grado protección similar contra el coronavirus al ritmo actual de inoculación.

Según los cálculos del FMI, un progreso más rápido a la hora de poner fin a la crisis podría añadir 9 billones de dólares al PIB mundial de ahora a 2025.

Georgieva advirtió de que “las fortunas económicas a nivel global están divergiendo peligrosamente”.

“Un pequeño número de países, liderados por EEUU y China están acelerando mientras que los países más pobres se están quedado atrás en esta recuperación de varias velocidades”, subrayó la directora del organismo.

97,3

Deuda disparada. La deuda global cerró 2020 situada en el 97,3% del PIB, un aumento de 13,6 puntos con 2019. Este alza se debe a los enormes programas de estímulos de los países y al descenso del PIB por la pandemia.