adie fabrica un bien o servicio si cree que no se va a vender, ni tampoco invierte, ni contrata a nadie si sus expectativas le dicen que la cosa no va a ir bien. En La lupa anterior poníamos números a la parte de nuestra economía que consume e invierte. Hoy vamos a poner La lupa sobre la otra parte, la que produce, la oferta. También es el lado que está más relacionado con el empleo. Es un análisis con números recién salidos del horno estadístico de Eustat, y nos aporta una visión que hasta ahora no teníamos, y que tampoco nadie te ha contado hasta ahora.

La economía vasca ha caído un 9,45% en términos reales, eso ya lo sabíamos. Ahora bien, ¿cómo se te queda el cuerpo si te digo en términos de empleo y de PIB hemos retrocedido al año 2016? Sí, has leído bien, a hace cinco años. Estamos hablando de una contracción de unos 7.244 millones de euros constantes y 63.242 puestos de trabajo a tiempo completo. Todo eso es lo que tenemos que recuperar para volver al nivel en el que estábamos a finales del año 2019. Hay quien considera que por haber estado ahí, será fácil€ pues no, no hay ninguna teoría económica seria que diga eso, y menos con un contexto de reality político como el que tenemos encima.

De las tres provincias, es Bizkaia la que sufre una mayor contracción de su economía (-9,54%), seguida de Araba (-9,51%) y Gipuzkoa (-9,27%). En el caso de Araba, el impacto relativo es mayor, ya que supone un retroceso de su economía al nivel del año 2014.

Si te preguntara por la rama que ha resultado más afectada, seguro que me responderías que es la de comercio, hostelería y transporte. Y tendrías razón. Su negocio se ha contraído un -12,26%, mucho más que la media de la economía. Casi dos puntos y medio (2,33) de esos 9,45 puntos porcentuales que hemos decrecido, son de esta rama. Nada menos que 1.852,9 millones de euros. Lo digo por ir poniendo números al destrozo, ya que, cuando se habla de ayudas, conviene ponerlas en un contexto proporcional para saber si son significativas o no.

Bien, ¿y qué otro sector creerías que va detrás? Podría ser que pensarás que la construcción. ¿Quién se va a comprar un piso con la que está cayendo? Pues no, después de la rama primaria de la agricultura, ganadería y pesca, con una caída algo inferior a la media (-9,35%), la construcción no ha sido un caso especialmente negativo (-9,52%). Se ha contraído casi lo mismo que la economía en general y su impacto apenas supone 0,5 puntos de esos 9,45 puntos negativos totales.

Habrá quien piense que la parte de la administración y servicios básicos (educación, sanidad, sociales) se habrá disparado€ pues tampoco. Apenas ha crecido un 1% respecto al año anterior, y casi no tiene impacto positivo (+0,15) en esos puntos negativos para toda la economía.

Pero volvamos a los servicios, que por ahí íbamos bien. Quitando la parte pública y esa parte de hostelería y transportes, quedan toda la parte de servicios de información, profesionales independientes, servicios administrativo-financieros, alquiler, actividades recreativo-artísticas, asistencia en el hogar, etc. A esta parte también le ha ido mal. Ha caído más de lo que lo ha hecho la economía, nada menos que un -10,96%, y era una rama con peso, por lo que su impacto económico ha sido notable. Estamos hablando de 3,11 puntos de esos 9,45, un tercio de todo el desastre económico.

Puedes pensar que una parte de los servicios tienen que ver con que la gente trabaje, el ocio, la movilidad, la cultura, etc. Si se restringen ya sea en todo o en parte, ya sea por falta de demanda, horario, porcentaje de capacidad/aforo, etc., está claro que no pueden sumar. Si se flexibilizan las restricciones, podrán respirar un poco, pero, ¿volveremos a consumir como antes? Y, lo que es más importante, ¿cuánto tardaremos en hacerlo?

En todo caso, si tomamos todo el sector servicios, su impacto es el más relevante con diferencia. El 56% de todo el desastre económico que hemos sufrido en la CAV es del sector servicios, 5,30 puntos de esos 9,45. Pero, fíjate que por aquí llegamos a la mayor sorpresa de este análisis, también para mí: el sector industrial.

Mucho se ha hablado, y con razón, del comercio y de la hostelería. Con el foco en la hostelería, parecía que otras ramas y sectores habían resultado menos afectados. Entre ellos, parecía que la industria había aguantado mejor, pero no. Casi con la misma intensidad de la hostelería y el comercio, nuestra industria, y el sector manufacturero en particular ha sufrido un impacto brutal. Nada menos que un -12,18%. De hecho, dado que su peso en el total de la economía era parecido, en torno al 19% del PIB total, ha impactado casi lo mismo que la hostelería y el transporte, con casi un 25% de todo el desastre económico. Estamos hablando de 2,26 puntos de esos 9,45 puntos porcentuales negativos que hemos decrecido. El nivel del valor de la producción de nuestra industria, descontada la inflación, ha vuelto al nivel que tenía en 2014, a hace siete años.

¿Y el empleo industrial? El nivel de empleo industrial retrocede a un nivel nunca visto en la serie estadística, por debajo de la anterior crisis 2008-2014. Es el sector que ha sufrido el ajuste laboral más intenso, con 20.810 puestos de trabajo a tiempo completo menos o, lo que es lo mismo, 21.361 personas menos empleadas. El dato medio del año nos habla de un 10% menos y, si comparamos el último trimestre de cada año, lidera, con un 7,7%, el mayor ajuste laboral a tiempo completo, frente al 6,2% general o el 5,6% de los servicios.

A pesar de este ajuste brutal, la productividad industrial por puesto de trabajo a tiempo completo ha caído un 2% en términos reales, después de tres años sin mejorar de manera significativa. De hecho, ha vuelto a niveles de 2015. Para terminar este via crucis estadístico, te puedes imaginar lo que le ha pasado a nuestro porcentaje de PIB industrial. Ahora es del 20,58%, con un descenso que casi se puede atribuir entero a la industria manufacturera.

Como ya expusimos en otra Lupa, este sector es clave para la vertebración del territorio de la CAV y para equilibrar la altísima densidad económica del Gran Bilbao. Con un 17,68%, ha bajado casi un punto entero en el PIB total. Con los datos del INE para la industria vasca, el arranque de enero es demoledor, con un dato comparado de un -9,5% respecto a enero del año pasado y un impacto negativo muy intenso en bienes de equipo (-4,6%), un indicador adelantado fundamental para la recuperación.

No se puede decir que hayamos mejorado, inundados de incertidumbre, sin ayudas directas, pocas vacunas, y con un escenario de marejada inédita de endeudamiento y crisis de solvencia. Mi aita me solía decir que, cuando estás en el embarcadero, acercas el txintxorro para ir a achicar la motora y pones un pie en él, más vale que pongas rápido los dos, o la cosa no acabará bien. Y es que las cosas se pueden complicar mucho y muy rápido.

Pero hoy es Viernes Santo y me gustaría compartir algo contigo. Hace muchos siglos, fue un mal día, aunque en realidad lo fue toda la semana. Primero la cárcel, luego una farsa de juicio, maltrato, tortura, y luego la cruz, y también una lanzada por si acaso. Todo parecía perdido. Pero no; está la fe y la esperanza, y él nos pidió que creyéramos, que tuviéramos esperanza, y tras todo ese dolor, ganó la vida. Así que, en estos días especiales, seas creyente o no, espero que tengas esperanza y ganas de pelear. Nos van a hacer mucha falta.

Seguimos ruta.

12%

Es lo que ha caído el sector de la industria y manufacturero de la CAV en la pandemia