- El miedo ante la escasez del agua es un hecho y el síntoma económico más claro, su cotización en Bolsa. Este recurso de primera necesidad entró ayer en el mercado de valores futuros, donde los compradores y vendedores establecen el precio de un bien por una cantidad y durante un tiempo en el que poder adquirirlo. Este sistema, ideado en principio para evitar la fluctuación de los precios de productos básicos, no funciona así en la práctica: lo cierto es que menos del 5% de los bienes del mercado de futuros llegan a su destinatario en la primera compra, mientras que más del 95% restante se revende para especular con su precio. El agua se unió así al oro, el petróleo y otras materias primas que se negocian en la Bolsa de Nueva York.

El índice para la medición del precio del agua se llamará Nasdaq Veles California Water Index, con la abreviatura NQH2O. Este se basa en un indicador de precios de los futuros del agua en California, que ayer cotizaba a unos 486,53 dólares por acre-pie, una medida de volumen utilizada normalmente en Estados Unidos equivalente a 1.233 metros cúbicos. Es decir, que el litro de agua vale unos 0,0025 céntimos. Por lo tanto, por un céntimo se podrían comprar cuatro litros. Algunos economistas consideran que la fijación de un precio de mercado para el agua puede jugar a favor de una gestión más prudente y eficiente, así como reducir los conflictos en caso de emergencias como sequías.

Sin embargo, otros temen que se abra la puerta a especular con un bien tan preciado. En casi la totalidad del planeta, las leyes consideran el agua como un bien común de dominio público. No obstante, es posible otorgar derechos de uso de esa agua a través de concesiones o licencias administrativas, ya sea para utilizarla o para realizar vertidos en ella. Lo que ha empezado a cotizar en Wall Street no es el agua en sí misma, sino los derechos de uso.

En el campo existe la costumbre de cederse derechos de regadío a cambio de una compensación, si un agricultor no va regar ese mes. Lo que no es habitual es que el precio lo fijen especuladores bursátiles.