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La fusión de las acerías vascas crearía el segundo grupo industrial vasco en empleo

La complejidad de las alianzas marca una negociación que el presidente de Sidenor quiere empezar los próximos meses

La fusión de las acerías vascas crearía el segundo grupo industrial vasco en empleoJavi Colmenero

Donostia - La concentración de todas las acerías vascas en un solo grupo daría a luz a un gigante siderúrgico que tendría casi cinco millones de capacidad de producción y sería el segundo grupo industrial de Euskadi en número de trabajadores.

La mayoría de las siderúrgicas vascas está en estos momentos muy por debajo de su capacidad, pero una alianza global o más reducida proporcionaría sobre el papel el músculo suficiente para elevar los ratios de fabricación y que las fábricas se acercaran a sus niveles máximos.

Y, aunque no se elevara la producción, tomando como referencia los datos del año pasado, la compañía resultante de una fusión a cuatro rondaría los 2.200 millones de euros de facturación, daría empleo a más de 3.300 personas y tendría unos beneficios de unos 45 millones de euros.

La complejidad de la operación es enorme y a día de hoy es poco menos que una quimera. Sin embargo, la propuesta del presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, ha avivado el debate en el sector del acero vasco, que está en el origen del desarrollo del país y que ha ido perdiendo empuje con la irrupción de los competidores con los costes de producción sensiblemente inferiores que ha traído la globalización.

Ese es precisamente el principal argumento que defendió el pasado lunes Jainaga para insistir en una idea que ha sonado con fuerza en varias ocasiones los últimos años. Un gran holding metalúrgico vasco podría conseguir importantes ahorros centralizando la compra de chatarra a los proveedores, buscando fórmulas para un suministro de energía a precios más bajos -incluso apostando por invertir en la compra de centrales o parques de energía renovable, una dinámica en la que ya trabaja la compañía con sede en Basauri-, estableciendo acciones comerciales conjuntas y reduciendo los gastos administrativos y de gestión, entre otras cuestiones.

Si se suma la capacidad de producción de todas las acerías vascas su producción superaría de largo los 4,5 millones de toneladas, una cifra que está todavía muy lejos de los gigantes mundiales del acero, pero que le proporcionaría un tamaño suficiente para comprar empresas de tamaño medio europeo -es otro de los objetivos que se ha marcado Sidenor- y seguir creciendo.

El Gobierno Vasco considera que cualquier operación de este tipo, a dos o más bandas, puede ser muy positiva para reforzar la competitividad del sector y “acompañará” en la medida de sus posibilidades a las compañías si deciden dar este importante paso. Se trata en cualquier caso de una decisión estrictamente empresarial, que debe ser valorada por los consejos de administración y contar con el mayor respaldo posible para activarse, sostienen fuentes del Departamento de Desarrollo Económico del Ejecutivo.

operación compleja En cuanto a la complejidad de cualquier movimiento, el Gobierno estima que las alianzas serán viables en la medida que exista acuerdo para llevarlas a cabo y facilitará si está en su mano el diálogo y los posteriores pasos que se den en la dirección que tomen los agentes del sector. Se trata de dinámicas que deben liderar las empresas y en las que la consejería que dirige Arantxa Tapia tendría reservado el papel de “bisagra” para abrir algunas puertas, pero sin cruzar los límites del plano institucional.

Lakua no tiene conocimiento de ninguna conversación en ese sentido y prefiere de momento no pronunciarse sobre las dificultades que podría encontrarse a su paso una operación de este tipo.

La visita el pasado viernes de la consejera Arantxa Tapia a la fábrica de Sidenor se convirtió en un espaldarazo simbólico a la operación. Tapia afirmó que el Gobierno Vasco respaldará cualquier tipo de fusión, en la medida de sus posibilidades, si el sector considera que hay que avanzar en esa dirección.

Mientras, la consigna en el sector es la discreción en un compás de espera que, en un sentido u otro, no se prolongará mucho si, como asegura Jainaga, el diálogo arranca “los próximos meses”. El presidente de Sidenor considera que quedan fuera de la ecuación Tubacex y Tubos Reunidos, que cuentan con acerías pero llevan al mercado un producto ya acabado, tubos sin soldadura para el sector del gas y el petróleo.

Sidenor acaba de vender el 75% de una fábrica con sede en Reinosa con características similares. Se trata de una planta que produce grandes piezas de acero forjado, como cigüeñales para motores del sector naval, pero la compañía vasca se siente “más cómoda” con la comercialización de lingotes, bobinas y alambrón de acero. Por ese motivo, cualquier alianza se centrará en compañías con las mismas sinergias, básicamente.