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“Los sectores ferroviario y de elevación de Gipuzkoa compiten al máximo nivel mundial en seguridad funcional”

Ingeniera superior por Mondragon Unibertsitatea, ve ahora reconocidos sus años de trabajo por evitar errores de la tecnología aplicada a la vida cotidiana

“Los sectores ferroviario y de elevación de Gipuzkoa compiten al máximo nivel mundial en seguridad funcional”Gorka Estrada

donostia - La investigadora de IK4-Ikerlan Amaia Urkidi forma parte de las 200 personas que en todo el mundo disponen de un certificado internacional Safety y es la única del Estado español en poseerlo. Este título reconoce la excelencia de los profesionales capaces de garantizar que los sistemas electrónicos que se incorporan por ejemplo a un coche o a un avión no ponen en peligro la vida de las personas.

¿En qué consiste la seguridad funcional de un sistema electrónico?

-Los sistemas de seguridad funcional son los que intervienen en el día a día de las personas para que los sistemas electrónicos incorporados por ejemplo a un automóvil, a un tren o a un avión no puedan poner en peligro sus vidas. Son los que permiten que en un tren el freno de emergencias se active en caso de una emergencia, o los que regulan la apertura de puertas de un ascensor para que no se abran o se cierren entre pisos. Para que funcionen, hay que incorporarlos de manera específica en el diseño de los sistemas electrónicos, que cada vez están más presentes en nuestro entorno.

¿Cómo funciona la seguridad funcional integrada en un sistema electrónico?

-Se rige por estándares, que son de diferente tipo. Desde el inicio, el fabricante del producto que va a incorporar un sistema electrónico debe especificar cuestiones como los componentes que deben asegurarse y en cuánto tiempo y los estándares marcan desde el inicio del proceso cómo se debe proceder, que será de manera diferente si se trata del sector de la automoción o de la aviación, por poner dos ejemplos.

¿Qué dificultades encuentra la implantación de este tipo de seguridad?

-La persona que se encargue de diseñar e implantar el sistema de seguridad final tiene que ser diferente de aquella que lo valide, es decir, tienen que entrar dos equipos diferentes. Un jefe de proyecto debe evaluar la seguridad funcional mientras que otro se ha de encargar de regular los plazos y el presupuesto del proyecto.

¿Qué obstáculos resulta necesario superar para instalar con éxito estos sistemas?

-Por lo comentado anteriormente, son procesos más costosos que aquellos que no incorporan la seguridad funcional. Por un lado, son más caros porque requieren la intervención de más profesionales. Además, suelen requerir más tiempo, son más largos de finalizar. A todo ello hay que sumar que hay que seguir una serie de protocolos muy específicos, hay que presentar muchos documentos acreditativos... Junto con estos requerimientos, un sistema de seguridad funcional necesita expertos con conocimientos muy específicos porque los análisis que se realizan son mucho más complejos. En definitiva, los costes suben y es una de las razones principales de que no exista concienciación de la importancia de incorporar este tipo de sistemas. Hay reticencia a iniciar estos procesos, aunque es cierto que hace unos años era mayor que ahora.

¿La normativa exige a todos los sectores productivos incorporar la seguridad funcional?

-El cambio ha venido determinado por la progresiva incorporación de los sistemas electrónicos en el sector industrial. Antes, la mayor parte de las empresas fabricaban productos con elementos mecánicos y su modo de funcionamiento también era mecánico, y todas tenían una normativa, pero era muy diferente. De manera gráfica y como ejemplo, en el caso de un ascensor se colocaba una viga para señalar el tope de altura al que podía ascender, y de ahí no pasaba, pero ahora se funciona de otra manera. En los coches también se observa de forma clara cómo los elementos mecánicos se están sustituyendo progresivamente por electrónicos. Las compañías trabajan con sistemas electrónicos y necesitan otro tipo de certificados.

¿Por qué con esta tecnología las exigencias son mayores?

-La electrónica puede fallar más que la mecánica. Los sistemas electrónicos tienen muchas ventajas productivas como disponer de una mayor monitorización de los sistemas, una reducción del peso que en el caso del automóvil es fundamental para la reducción del consumo, una disminución de volúmenes, nuevos materiales... En cambio, tienen como contrapartida que las posibilidades de fallo son mayores, y de ahí la importancia de la seguridad funcional

¿Qué sectores en los que la seguridad funcional es crítica tienen mayor presencia en Gipuzkoa?

-Sobre todo en los sectores ferroviario y de elevación, que en este territorio existen empresas tractoras. También la seguridad funcional es muy importante en un sector con una gran presencia en Gipuzkoa como es el de la máquina herramienta, que trabaja cada vez más con robots y máquinas electrónicas. Por último, citaría la automoción, donde poco a poco se está introduciendo este tipo de seguridad.

¿Los trabajadores que desarrollan su actividad en estos sectores requieren una formación especial?

-Sí. Nosotros llevamos años dando cursos a trabajadores del sector ferroviario, de la automoción y de máquina herramienta para que se formen en seguridad funcional. Es un asunto complicado, porque necesita una fuerte concienciación y ser muy metódico. Nuestros cursos están más dirigidos a los ingenieros, pero por ejemplo el operario que vaya a montar un ascensor también dispone de un manual porque tiene que conocer muy bien el aparato que está instalando. Todo tiene que estar perfectamente documentado.

¿Cuáles son las claves de la seguridad funcional?

-Tener un equipo humano concienciado, realizar una correcta estimación de los costes que representa implantarla, trabajar mucho este aspecto y dejarse asesorar por expertos.

¿Qué nivel de desarrollo tiene en Gipuzkoa?

-Máximo en los sectores ferroviario y de elevación, donde se está trabajando al más alto nivel en el ámbito mundial. Estamos compitiendo codo con codo con los sistemas más críticos. Por detrás se encuentra la automoción y los autobuses, donde se comienza a introducir la seguridad funcional, pero con pies de plomo. En estas actividades económicas, se deja más que sea Europa la que marque el camino para luego incorporar los sistemas que se hayan demostrado más avanzados.

¿Cómo se consigue una certificación internacional Safety de excelencia en seguridad funcional?

-La entidad que lo ha otorgado es TÜV Rheinland, que es un referente europeo en el ámbito de la evaluación de seguridad funcional de sistemas electrónicos. En 2005 TÜV Rheinland impartió el primer curso en IK4-Ikerlan al que asistí y posteriormente aprobé el examen, que era bastante exigente. Junto con los cinco años de experiencia y otras condiciones logré el certificado de ingeniero de seguridad, que es el título básico. Después, tras 12 años trabajando con clientes, tuve conocimiento de que había un certificado superior y aposté por conseguirlo. Para obtenerlo un comité de expertos evalúa varias cuestiones, como tener más de 10 años de experiencia en el campo de la seguridad funcional o relacionarse con ciertos grupos de expertos, que yo cumplía. Actualmente tengo dos certificados, uno para seguridad funcional en general y otro específico de automoción.